En pocas ocasiones se reúnen tantas estrellas del cine francés en un mismo lugar. Puede que solo se iguale en el festival de Cannes o en los premios César. Así que los encuentros Unifrance, un fin de semana en que los directores e intérpretes del cine francés se encierran en un hotel de París para promocionar sus películas ante la prensa europea, es un buen lugar para preguntar sobre la actualidad a las estrellas galas como Juliette Binoche, Fanny Ardant, Marion Cotillard, Isabelle Huppert o Mathieu Amalric. Y esa actualidad está marcada por el movimiento Time’s Up y su #MeToo, y la réplica que apareció en Francia el martes 9 de enero, cuando apareció una carta publicada en el diario Le Monde, firmada por conocidas personalidades de la cultura francesa, como la actriz Catherine Deneuve, la escritora Catherine Millet, la cantante Ingrid Caven, la editora Joëlle Losfeld, la cineasta Brigitte Sy, la artista Gloria Friedmann o la ilustradora Stéphanie Blake, contra el «puritanismo» sexual que ha desatado el caso Weinstein.

“La violación es un crimen. Pero la seducción insistente o torpe no es un delito, ni la galantería una agresión machista”, afirmaban las autoras de este manifiesto. “Desde el caso Weinstein se ha producido una toma de conciencia sobre la violencia sexual ejercida contra las mujeres, especialmente en el marco profesional, donde ciertos hombres abusan de su poder. Eso era necesario. Pero esta liberación de la palabra se transforma en lo contrario: se nos ordena hablar como es debido y callarnos lo que moleste, y quienes se niegan a plegarse ante esas órdenes son vistas como traidoras y cómplices”, defienden las firmantes, que lamentan que se haya convertido a las mujeres en “pobres indefensas bajo el control de demonios falócratas”.

Deneuve tuvo que matizar su firma al manifiesto. El pasado lunes 15 publicó una carta en el diario Libération, en la que subraya su condición de “mujer libre” que pretende seguir siéndolo. “Saludo fraternalmente a todas las víctimas de actos odiosos que puedan haberse sentido agredidas por esta tribuna publicada en Le Monde, solo a ellas les presento mis excusas”, aseguraba. “Evidentemente, nada en el texto pretende presentar el acoso como algo bueno. Si así fuese, no lo habría firmado”.

En París, Juliette Binoche, Isabelle Huppert, Fanny Ardant y Marion Cotillard, otro cuarteto de estrellas del cine francés, dieron su opinión sobre el cruce de manifiestos en sus charlas con la prensa. Binoche se remitió a sus declaraciones en Le Monde, donde contaba que había sufrido tres agresiones sexuales a lo largo de su vida (a los 7, a los 18 y a los 21 años), pero que nunca había sufrido acoso por Harvey Weinstein. A continuación, respondió a la pregunta de EL PAÍS: «Me parece importante diferenciar las cosas, no caer en persecuciones, porque hay que huir de fanatismos». Aseguró sentirse instintivamente a favor de sus compañeras de profesión acosadas, aunque apostilló que era importante entender los grados y los matices, en una frase que dio a entender su apoyo tácito a las declaraciones de Deneuve. Binoche recibió en París el viernes el Premio del Cine Francés por su carrera.

Más contundente fue Fanny Ardant, un lustro más joven que Deneuve, aunque parte de su generación: «Apoyo sus declaraciones, apoyo a las mujeres acosadas, pero de ahí no podemos pasar a persecuciones ni a puritanismos». Marion Cotillard, en cambio, se declaró en total acuerdo con Time’s Up. «Me siento parte integrante del #MeToo, de sus reivindicaciones, de su lucha». Cotillard declaró hace unos días en The Hollywood Reporter que no volvería a repetir con Woody Allen, con quien colaboró en Medianoche en París: «No creo que suceda porque la experiencia que tuvimos juntos fue muy rara. Admiro su trabajo, pero no tuvimos conexión en el plató».

Finalmente, ayer Isabelle Huppert afirmó, tras rechazar una pregunta previa sobre #MeToo, que no se podían mezclar las cosas: «Estuve en los Globos de Oro y fui de negro, que por cierto para la alfombra roja es un color elegante, porque creo en la lucha contra el acoso. Yo nunca lo he sufrido y siempre he luchado por mi puesto como actriz. Pero creo que no podemos meter todos los problemas en el mismo cesto: la igualdad salarial es una cosa, la seducción otra, los acosos sexuales otra… Mezclar los asuntos las conlleva confusión».

Hubo un cineasta que también se mojó: el director y actor Mathieu Amalric. A preguntas de este diario, aseguró: «No me apetece hablar del #MeToo… Bueno sí. Mira, lo que pasa dentro de un rodaje en realidad no le importa a nadie, salvo si hay delito. Eso no es lo importante. Lo fundamental es el movimiento logre que no haya fanatismos a la vez que cale en toda la sociedad. A mí quien de verdad me preocupa es la limpiadora del metro que sufre acosos y agresiones por parte de su jefe. Esta ola no se puede quedar solo en el cine, se reduciría a mera anécdota. Pensemos en la gente de la calle».

 

 

Fuente.