Pactar las normas del hogar con los hijos resulta mucho más efectivo e inteligente que la imposición.

Así lo asegura la Dra. Rebecca Petersons, psicoterapeuta de niños, familias y parejas, basada en Sherman Oaks, California. Y esto se debe a que esta técnica edifica la comunicación de padre a hijo (y viceversa) en lugar del miedo o temor ante una voz rígida e impositiva de los progenitores o tutores de los menores.

“El dialogar con los hijos sobre las normas y obligaciones que cada uno tiene dentro del hogar, de acuerdo con la edad, es una dinámica de crianza mucho más efectiva y positiva que la acción de la imposición con la sencillas palabras de ‘porque yo lo digo’”, detalla la experta en comportamiento humano.

Y es que con el diálogo directo y claro, donde todos los integrantes de la familia se sienten tranquilos y confiados de poder expresar lo que piensan y sienten, los menores aprenderán sobre el compromiso, el cumplimiento y la responsabilidad; mientras que con el miedo, aprenderán a ser mentirosos o asolapados ante el temor de llegar a ser castigados.

Otra de las ventajas de la técnica de crianza de hacer pactos con los hijos es que los chicos empiezan a entender desde temprana edad que todo acto tiene sus consecuencias y solo ellos son responsables de las decisiones que toman.

“Cuando un menor se educa con pactos, éste tendrá la oportunidad de aprender a tomar sus propias decisiones y consecuencias, mientras que se le educa con órdenes, éste solo aprenderá a cumplir [por miedo] la norma o actividad que se impone y no a moverse por sí solo para hacerse responsable de las obligaciones que el corresponde a nivel personal, familia, social y escolar”, explica la Dra. Peterson.

Y para que los pactos funcionen, la experta dice que los padres tienen que ser los primeros en estar comprometidos en cumplir con las promesas que les hacen a sus hijos, ya sea como el de darles tiempo extra para actividades recreativas especiales o llevarlos a lugares divertidos ante el buen cumplimiento de las normas y sus quehaceres en casa.

Al momento de pactar

La Dra. Peterson ofrece los siguientes consejos que ayudan a edificar una dinámica exitosa al momento de pactar las normas del hogar con los hijos o hacerlas cumplir:

1. Que todos los integrantes de la familia estén presentes al momento que se pactan las normas y asignan las responsabilidades de cada quien en la casa. “Un punto importante al momento de asignar las tareas de la casa es el de dejar que cada menor tenga la oportunidad de escoger una actividad que le gusta y si todos coinciden con la misma, entonces se le debe dejar claro que tendré que turnarla”, explica la psicoterapeuta.
2. Hablar con voz calmada y palabras claras cuando uno de los hijos salga con la pregunta de “¿por qué hay que seguir y respetar estas normas?”. “Estos es importante para que los chicos se sientan tranquilos de hablar, expresar sus puntos de vista y entender el de los padres”, detalla la experta.
3. Establecer límites claros y consecuencias claras y dejarles claro que solo ellos son los responsables de sus decisiones y actos y, por ende, de sus consecuencias.
4. Ser consistente con lo que se dijo y, sobre todo, con las promesas que se le hicieron a los hijosde darles, por ejemplo, el privilegio de tener tiempo extra para una actividad especial o recibir cierta cantidad de dinero (que no debe ser mucho, sino una cantidad complementaria a la mesada semanal que recibe de acuerdo con la edad) al cumplir con responsabilidad y sin reproches las normas y los quehacer del hogar.
5. Retirar con consistencia los privilegios que se le da a cada menor de no estar cumpliendo con los pactados y hablar con él o ella para renegociarlos o ver por qué no está cumpliendo con sus compromisos familiar. “Lo peor que pueden hacer los padres es terminar haciendo ellos las cosas que le corresponden a los hijos tras el cansancio de ver que no cumplen con lo pactado”, apunta la experta. “Con esta acción solo les están enseñando a cómo salirse por la tangente de las tareas que les corresponden en lugar de enseñarles a esforzarse en el cumplimiento de sus responsabilidades gústele o no.