La escritora Rosa Montero amplía su antología sobre pioneras con otras 90 biografías y las ilustraciones de María Herreros.

Montero  comenzó una excavación en solitario. Así rescató 16 biografías de mujeres que habían sido “escamoteadas” de la historia, ya fuesen creadoras contra viento y marea como las tres hermanas Brontë, autoras expoliadas por hombres como la ensayista y dramaturga María Lejárraga o malvadas como la crítica y poeta Laura Riding. El libro, que recogía artículos publicados en EL PAÍS, fue un éxito, que se reeditó en 2006.

Las escritoras Anne, Emily y Charlotte Brontë, dibujadas por María Herreros.
Las escritoras Anne, Emily y Charlotte Brontë, dibujadas por María Herreros.

Ayer la escritora presentó en Madrid una tercera versión, enriquecida con 90 biografías nuevas y las ilustraciones de María Herreros (Valencia, 1983), convencida acaso de que esta vez será su contribución definitiva a la antología universal de mujeres que, por lo bueno o por lo malo, hicieron historia sin que la historia se hubiese ocupado de ellas. Un protagonismo sisado tanto a la emperatriz china Wu Zetian (625-705) como a la cirujana medieval Trótula de Salerno o a la almirante y exploradora española en tiempos de Felipe II, Isabel Barreto.

Alma Mahler, dibujada por María Herreros.
Alma Mahler, dibujada por María Herreros.

“¿Qué nos ha pasado a las mujeres? Que siempre hemos tenido que empezar de cero. Eso es terrible. Esta sociedad nos ha robado ese testigo que nos habría permitido ir creciendo a una detrás de otra”, señaló la autora, después de leer un fragmento del diario de Clara Schumann, una de las pianistas más prestigiosas de la Europa del XIX y una compositora que dudó de sí misma: “Una mujer no debe desear componer. Ninguna ha sido capaz de hacerlo, así que, ¿por qué podría esperarlo yo?”.

Schumann, que ignoraba que no estaba sola (Fanny Mendelssohn, Cécile Chaminade o Isabel Colbran, entre otras), es una de las nuevas semblanzas que la escritora y periodista ha incorporado a esta edición, titulada Nosotras (Alfaguara). Para ampliar su recopilación, examinó entre 500 y 600 vidas femeninas. Entre otras fuentes, Rosa Montero contactó con la profesora de la Universidad de Valencia, Ana López-Navajas, que lleva ocho años preparando una base de datos para incluir a las mujeres en los contenidos de la ESO después de comprobar que los libros escolares solo citan a un 7,6%.

Por más que sus ocupaciones sean heterogéneas, la mayoría de las biografiadas coinciden en algo. “Todas tuvieron tremendas dificultades para educarse. No olvidemos que hasta el siglo XX no han tenido permiso para ir a la universidad, lo que las obligó a ser autodidactas”, destacó la autora de Historia del rey transparente. “Una de las ideas más interesantes del libro es que las biografías están centradas en la idea de la libertad de ser. Hay mujeres que fueron necias, malas o arbitrarias, pero todas han vivido en libertad”, destacó Pilar Reyes, directora editorial de Alfaguara e impulsora de esta reedición ampliada, alentada por los movimientos feministas que están removiéndolo todo. También el papel histórico de las mujeres, que centra numerosas antologías editadas en los últimos meses, como Valerosas (Dibbuks), Mujeres de ciencia (Nórdica) o Mujeres radicales (Capitán Swing). “Estamos en un momento histórico, se ha hecho un avance para intentar ver el mundo de otra manera. El sexismo es una ideología en la que nos educan a todos, y en esa mirada sesgada entramos también las mujeres”, reflexionó Montero.

Entre las historias que más le han sorprendido, citó la de Enheduanna, una princesa acadia que fue “el primer autor literario en la historia de la humanidad” por la obra Exaltación de Inanna. “Por si fuera poco hizo las primeras anotaciones astronómicas y musicales de la historia. Ella está en el origen de la música, la astronomía y la literatura y, sin embargo, no sabemos nada de ella”, señala la escritora. “En muchas ocasiones los trabajos de estas mujeres han sido ensombrecidos o robados por sus maridos o profesores o compañeros, son trabajos devorados por los hombres que tenían alrededor”, lamentó. Un club de expoliadas al que pertenecen la escritora María Lejárraga, la física Lise Meitner —la excluyeron del Nobel pese a su papel en el descubrimiento de la fisión nuclear— o Marie-Anne Pierrette Paulze, tan madre de la química moderna como padre fue su marido, Antoine Lavoisier.