Es normal que los niños padezcan enfermedades que deben ser tratadas con medicina. Si bien hoy en día el gusto de los remedios es mucho más agradable que hace unos años, aún hay niños que se resisten a tomarlos ¡y es imposible detener sus berrinches y rabietas cuando nos ven con la cuchara en la mano!

Para evitar esto, venimos a tu rescate con algunas ideas que seguro pondrás en práctica la próxima vez que tu niño necesite tomar un remedio.

1. ¡Pon buena cara!

¡Sí! No hay nada que anime más a tu hijo que tu expresión alegre, como si tomar el medicamento fuera un juego. Si lo miras con una sonrisa, él comprenderá que es por su bien y lo tomará sin problemas. Recuerda que un gesto adusto o una mala cara no te van a llevar nunca a ningún sitio.

2. Usa una jeringa

Este truco es muy efectivo, sobre todo con los niños pequeños. Inclusive, algunos medicamentos ya vienen preparados para ser suministrados de esa manera. Solo llena la jeringa con la cantidad de medicina recetada por el médico y a continuación introduce el pico en su boca. Con un solo movimiento harás que el contenido ingrese en su garganta y será mucho más fácil tragarlo, pues sus papilas gustativas no lo sentirán.

3. Explícale que le hará muy bien

Si tu hijo ya está en edad de entender lo que le dices, podrás explicarle que el remedio hará que se sienta mejor y que, si no lo toma, empeorará. Quizá le lleve unos cuantos minutos reflexionar sobre el tema, pero verás que pronto se comportará como un adulto en miniatura y tomará su medicina como el mejor.

4. Deja que él mismo elija

Para hacer más fácil que tu hijo tome sus medicinas, una buena idea es dejar que él mismo elija el modo en que lo hará. Pregúntale cómo quiere tomarlo, ofrécele la jeringa, el vasito o una cuchara. Al sentir que tiene poder de decisión, todo será mucho más fácil.

5. Usa hielo

Antes de darle el medicamento, ofrécele un cubo de hielo para que lo chupe. Esto adormece las papilas gustativas y permite disfrazar el sabor del remedio.

Cualquiera de estos consejos te servirá para que tu hijo tome el medicamento sin hacer berrinches. Ponlos en práctica y luego cuéntanos qué tal te fue.