La sequía y los grandes incendios forestales han hecho que 2017 pase a la historia como uno de los peores años para la naturaleza en lugares como Estados Unidos, España y Portugal, incluso ser considerado el año el más seco de este siglo, aumentando las temperaturas inusualmente más altas a otros años.

Parece que estos cambios en las estaciones podrían convertirse en habituales si la temperatura global sigue aumentando. Al menos así lo cree un equipo internacional de investigadores que han calculado cómo será el mundo en dos escenarios climáticos: con un aumento de dos grados respecto a la temperatura que había al inicio de la era industrial, o con un incremento de 1,5ºC, que es el objetivo marcado por la comunidad internacional en los acuerdos del clima. El camino para lograrlo, según los científicos del clima, pasa inevitablemente por reducir significativamente la emisión de gases de efecto invernadero.

Los detalles de la investigación se publican esta semana en la revista Nature Climate Change y, según sus estimaciones, en ambos casos aumentaría la desertificación pero ese medio grado de diferencia, asegura el estudio, importa y mucho pues supondría «una reducción dramática» de la fracción de la superficie terrestre que experimente cambios importantes en comparación con lo que ocurriría si el incremento es de dos grados. En concreto, afirman que hasta un 25% de la superficie de nuestro planeta pasaría a ser «significativamente más seca» con dos grados más.

Justo como se relata en la película del director Christopher Nolan ‘Interestellar’, además, concluyeron que las regiones que son semiáridas en la actualidad se convertirán en áridas. «Nuestra investigación predice que la aridez afectará a entre el 20 y el 30% de la superficie terrestre mundial cuando las temperaturas globales experimenten un aumento de dos grados. Pero si el calentamiento se limita a 1,5ºC, dos tercios de las regiones afectadas podrían evitar que esa aridez fuera significativa», señala Manoj Joshi, de la Escuela de Ciencias Ambientales de la Universidad de East Anglia (Reino Unido).