Madonna se instaló en Lisboa a finales del pasado verano. Reside actualmente en el Palácio Ramalhete, una construcción del siglo XVIII, próxima al río Tajo, que hasta hace poco funcionaba como un pequeño hotel de 12 habitaciones. La noticia está en que hasta ahora no pagaba un euro por aparcar sus hasta 15 vehículos

El Ayuntamiento de Lisboa ha anunciado ahora que cobrará 720 euros a la cantante por cada mes que utilice el terreno que le ha cedido para aparcar 15 vehículos a pocos metros de su casa. Actualmente no paga nada, una circunstancia que ha sido vista en el país como un presunto trato de favor.

El consistorio aclaró a medios locales que mantiene con Madonna un contrato de cesión que prevé el pago de 720 mensuales por el uso del terreno. Sin embargo, la tipología del contrato, «provisional» y «de tiempo indeterminado», implica que la cantante no tendrá que pagar hasta que deje de usar el terreno y termine el acuerdo.

Así, una vez se de por finalizado el contrato se calculará cuántos meses lo ha utilizado y la artista pagará la cantidad correspondiente. Otra opción, si continúa usándolo más allá de diciembre, es hacer entonces el cálculo de cuántos meses lo ha usado durante este 2018.

Fuentes municipales se comprometieron asimismo a mostrar el contrato para despejar las dudas de los partidos de la oposición, que han pedido más detalles sobre un acuerdo que ha levantado polémica en Portugal.

Evitar molestias y trastornos en el tráfico

El semanario luso Expresso publicó el viernes que el Ayuntamiento de Lisboa había cedido a la estrella estadounidense un amplio espacio detrás del Palacete Pombal, un edificio del siglo XIX propiedad del consistorio y muy próximo a la residencia de Madonna.

En aquel momento, fuentes municipales explicaron que se trataba de un «acuerdo provisional» alcanzado para «evitar las molestias y trastornos en el tráfico local» que podría causar el trasiego de los 15 vehículos de la cantante en la zona, donde las calles son especialmente estrechas y actualmente realizan obras.

Sin embargo, la falta de detalles sobre las circunstancias en las que se produjo el acuerdo y sobre el eventual pago por dicho espacio levantaron suspicacias entre los políticos municipales y la prensa lusa, que especuló con un presunto trato de favor hacia la diva estadounidense.