Al pensar en la piel del bebé nos imaginamos una piel suave, sonrosada, aterciopelada… pero lo que muchas veces no se imaginan los papás y mamás es que en la piel del bebé pueden aparecer muchas imperfecciones y granitos.

Muchos no requieren tratamiento, y con el tiempo se solucionarán. Otros requieren algunos tratamientos específicos, continuados durante meses, o en ocasiones varios tipos de tratamientos diferentes.

El pediatra será el que recomiende uno u otro tipo de tratamiento, pero os dejo unas cuantas pistas para identificar unos granitos u otros.

– Miliaria

Son unos granitos blancos y amarillentos que aparecen en la cara del bebé, generalmente en la nariz, barbilla, mejillas. Generalmente aparecen en las primeras semanas de vida y suelen desaparecer en los primeros meses sin dejar rastro. Son como acumulo de grasa en la piel del bebé.

 

– Acné neonatal o neonatorum

Aparecen en algunos recién nacidos sobre las 2-4 semanas de vida. Son granitos o puntitos rojos y pueden tener una cabecita blanca, similares al acné vulgar. Normalmente desaparecen solos, pero podemos ayudar con alguna pomada antibiótica tipo mupirocina, y manteniendo la piel limpia y seca.

 

– Costra láctea

Son unas lesiones que aparecen en el cuero cabelludo, o en la frente del bebé. Pueden existir durante todo el primer año de vida. La piel se vuelve seca, escamosa, similar a la caspa, se desprenden escamas amarillentas. Mejoran con aceites especiales, que se pueden dejar actuar por la noche y retirar los restos de piel con una gasa, de forma suave, por la mañana.

 

– Eccema atópico

La piel se enrojece, se muestra áspera, gruesa y escamosa, en las mejillas, cuero cabelludo, codos, área del pañal, rodillas. A veces ocurre en familias con problemas de alergia o asma. En algunos casos requiere tratamiento hidratante muy intensivo, e incluso corticoides tópicos. Puede durar los primeros años de vida o incluso en la edad adulta.

 

– Sudamina

Son granitos con base roja y punta blanca, de tacto áspero, que aparecen en la parte superior de la espalda, cuello, pliegues. Están provocados por el sudor o calor excesivo. No son muy molestos para el bebé, aunque en ocasiones pueden picarle un poquito. La piel debe mantenerse bien seca, sobre todo después del baño y en las zonas de pliegues, y bien hidratada.

 

– Enfermedades exantemáticas

Muchas de las enfermedades infecciosas que tienen los niños en los primeros años de vida se presentan con exantemas. En determinados tipos los exantemas son muy característicos, y en otros no son tan típicos. Las más frecuentes son: escarlatina, roséola, eritema infeccioso o quinta enfermedad, enfermedad boca-mano-pie, varicela, exantema súbito, rubéola, sarampión.