En Juchitán, Oaxaca, cientos de mujeres dedicadas a la elaboración de totopos, continúan reparando sus hornos que fueron destruidos por el temblor del pasado 7 de septiembre.

“Se iba a derrumbar, pero como está mi esposo lo amarró con cuatro palos y tablas, lo amarró para que no se cayera, pero se quebró el horno”, dijo la señora Rosa Idalia Molina.

Se estima que, en Juchitán, cuatro mil mujeres se dedican a la elaboración de totopos y representa la principal fuente de ingresos para sus familias.

Sin embargo, con el sismo, la mayoría de los hornos se vinieron abajo y con ellos, la economía de cientos de familias.

“Al amanecer vimos que está tirado todo. Cuando pasamos en la mañana, a esa hora vi que ya mis hornos estaban tirados, pues desde ese día ya no estamos trabajando, porque ese es lo que trabajamos”, señaló la señora Rosa Elsa Gallegos.

Desde hace más de 20 años, Rosa se dedica a hacer totopos en la Novena Sección de Juchitán. El terremoto destruyó sus dos hornos y no ha podido repararlos.

“Desde el primer temblor, el día 7 fue la última vez que trabajé. Acabé a las tres de la tarde, dejé el horno como estaba lleno de brazas. El otro se cayó el 23, pues ya desde ahí no he hecho totopos”, refirió Rosa Vásquez Ramírez.

Doña Carmen, por el contrario, decidió no esperar los apoyos de las autoridades y con dinero prestado compró, arena, tabiques y las ollas de barro, para volver a construir sus hornos y ponerse a trabajar.

“Sí, se desbarataron los dos y pasé un mes sin trabajar, hasta que, ya le dije al señor si me hiciera el favor de hacerme dos hornos y se lo voy pagando poco a poco y así, hasta que se logró trabajar, porque, sin mi esposo, no hay trabajo, pues de aquí saco, aunque sea para la comida”, detalló Carmen Crispín.

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