El embarazo es un momento único para la mujer. Los nueve meses que dura la gestación las emociones están a flor de piel, se experimentan sensaciones irrepetibles, es momento de muchas ilusiones pero también de miedos y muchas dudas. Y, para evitar esto último, la situación actual no ayuda. La crisis sanitaria que estamos viviendo desde hace un mes y medio como consecuencia de la nueva coronavirus ha generado intranquilidad en todos los ciudadanos, pero sin duda ha llenado de incertidumbre a todas aquellas mujeres que están esperando un bebé, con independencia de la fase de gestación en que se encuentren.

El Ministerio de Sanidad las ha incluido entre los grupos de mayor riesgo frente a la COVID-19 pese a no haber suficiente evidencia científica de que sean más vulnerables a la infección por SARS-CoV-2. Esto ha llevado a los hospitales a modificar todo el seguimiento del embarazo y limitar las consultas presenciales a lo imprescindible.

En los hospitales de Quirónsalud, por ejemplo, se ha hecho un nuevo circuito del control del embarazo para que solo tengan que acudir al centro a las analíticas de los tres trimestres y las ecografías imprescindibles que son las de screening de aneuploidías, así como de malformaciones y de retrasos de crecimiento, cuenta la doctora Cynthia Martínez, especialista en Obstetricia y Ginecología del Hospital Quirónsalud Valencia. O en caso de urgencia o resultados patológicos, por supuesto, dado que los hospitales han adaptado sus instalaciones para que haya zonas limpias de coronavirus y poder acudir con precaución. No obstante, el resto de consultas como control de peso y tensión, contrastar los resultados y analizar la salud de las gestantes, “se hace por vía telefónica para minimizar el riesgo de infección y no perder el control de cada una de ellas”.