Saca libreta y pluma porque si estás con el celular creyendo que lo vas a memorizar ¡no funcionará! Que un hijo te cambia la vida es algo que todos sabemos, una afirmación que va más allá de una simple frase hecha y que tiene un significado profundo e íntimo, no solo a nivel personal, sino también a nivel afectivo y emocional en tu vida de pareja. “La convivencia y la llegada de los hijos son unas de las etapas de crisis identificadas en la trayectoria de toda pareja”, afirma Helena Calvo, psicóloga especializada en relaciones sentimentales y personales. “La dificultad en encontrar momentos para el diálogo e intimidad hace que los conflictos queden sin resolver y se acumulen dejando sólo espacio para el resentimiento y el reproche”.

Los conflictos entre ambos comienzan, normalmente “por el reparto de responsabilidades. Por lo general, la mujer considera que está más implicada en ellas y que al hombre le cuesta asumirlas o identificarlas, quizás porque no ve la necesidad de muchas de las demandas o tiene otra forma de llevarlas a cabo.”

“La dificultad en encontrar momentos para el diálogo e intimidad hace que los conflictos queden sin resolver y se acumulen dejando sólo espacio para el resentimiento y el reproche”.

Las preocupaciones, la falta de sueño y de tiempo, el aumento de las responsabilidades, la rutina, las desavenencias en cuanto a la educación de los hijos y muchos otros factores que suceden en nuestro día a día, pueden hacer que acabemos descuidándonos a nosotros mismos y ponen a prueba nuestra relación de pareja, algo que sucede de manera más habitual de lo que parece en nuestra sociedad de hoy en día. “Se puede decir que en la mayor parte, porque un bebé necesita muchas cosas y que todas se las demos nosotros. Esto implica pasar de sólo pensar y dedicar tiempo a nosotros mismos y a nuestra pareja para dedicárselo a los hijos. Y ya sabemos que lo que no cuidamos se deteriora”.

Para ayudarnos a poner remedio a esta situación, la psicóloga Helena Calvo nos ofrece una serie de consejos que debemos cumplir si queremos que la llegada de nuestros hijos no llegue a afectar a “la convivencia, a la comunicación que se hace imposible y a la disminución o calidad de las relaciones sexuales”

  1. Interés y esfuerzo por parte de ambos / Es el primer punto y también el más importante. Es fundamental “que ambos pongan intención, esfuerzo y disposición de ánimo, ya que sin ellos, por muy posible que sea, siempre encontraremos excusas y no motivos. […] A veces el día a día y la rutina nos aplastan y no nos paramos a tratar de organizarnos mejor, nos dedicamos a lo urgente, no a lo realmente importante. Es posible que pasemos etapas en las que sea más complicado dedicarnos tiempo pero si estamos coordinados y tenemos interés en encontrar tiempo para la pareja se hará posible.
  2. Identificar las fuentes de conflictos y darles solución / Es importante centrarnos “en la solución del conflicto y no en él. Con empatía y comprensión no sólo de lo que a mí me ocurre sino de lo que también le ocurre a mi pareja. Salir del yo para comprender el tú“.
  3. Reparto de responsabilidades equitativa / Llevarles al colegio, a extraescolares, a los cumpleaños, al pediatra o ayudarles a hacer los deberes, son quehaceres que ocupan gran parte del día de un padre o una madre y pueden llegar a ser muy estresantes, sobre todo si es solo uno de los dos quien se ocupa de todo. “El reparto de tareas es necesario para que se sienta una cierta equidad, para que nuestra mente ponga atención en los aspectos positivos – y por tanto en el deseo – de nuestra pareja en lugar de en los reproches”.
  4. Comenzar a cuidarse de nuevo / “Es importante dejar de ser padres y volverse a dar importancia a sí mismo. ¡No te descuides!” No te anules. Eres madre o padre, pero también persona. No dejes por el camino tus amistades de toda la vida o tus metas personales o profesionales. Es cierto que ya no dispones de tanto tiempo como antes, pero con esfuerzo y paciencia todo llega a conseguirse tarde o temprano.
  5. Comenzar a focalizar la atención en aspectos positivos / Algo muy efectivo es realizar un ejercicio en común “de tener 3 detalles semanales con la pareja […] Algo que nos resulta muy difícil es identificar mi parte de responsabilidad en los conflictos que hay en la relación y enfocar nuestras quejas más en la solución que en la crítica. Por ejemplo tendemos a responsabilizar siempre al otro de mi malestar” y a olvidarnos de los aspectos positivos de la otra persona.