Los bebés amamantados pueden pasar muchos tiempo al pecho. Pueden acabar una toma y a los cinco minutos, volver a pedir ser amamantado a cualquier hora del día, siendo especialmente agotador cuando es de noche.

Y es que el pecho de mamá no es solo alimento. Hay muchas razones por las que tu bebé puede pedirte el pecho con tanta frecuencia, y no siempre es por hambre.

El tamaño de su estómago / Lo primero que tenemos que saber es que el tamaño de su estómago es mucho más pequeño de lo que imaginamos. El primer día de vida tiene el tamaño de una cereza y al mes el tamaño de un huevo, para que os hagáis una idea. Es por eso que su estómago se llena enseguida y necesita alimentarse con más frecuencia.

De ahí la importancia, entre otras cosas, de que la lactancia materna sea a demanda. A medida que el bebé crece, su estómago crece, y también la demanda de alimento, por tanto el volumen de leche que produce la madre también aumenta. Es una maquinaria perfecta que se adapta particularmente a las necesidades de tu bebé.

La composición de la leche materna en cada etapa de crecimiento: así se adapta a las necesidades del bebé.

Tu bebé está aprendiendo a mamar / No esperemos que el bebé se enganche al pecho perfectamente desde la primera toma sin ningún «ensayo» previo. Hay bebés que sí, pero otros que no. Es algo nuevo para el bebé, que aunque lo hace de forma instintiva, requiere un proceso de acostumbramiento.