Para una mujer que espera regresar a trabajar después de cuidar a sus hijos, el consejo a menudo es “no preguntes, no hables”. Muchas mujeres que se describen como madres que se quedan en casa pueden relatar cómo reciben respuestas denigrantes y rechazos inmediatos.

 

Los investigadores han encontrado en repetidas ocasiones muchas pruebas de discriminación en contra de las madres en el proceso de contratación en los lugares de trabajo, sin embargo, quizá a estas mujeres les iría mejor si explicaran de manera franca a su posible empleador la decisión de quedarse en casa.

Los empleadores temerosos de violar las leyes en contra de la discriminación, no sacan el tema a colación y las mujeres que solicitan el trabajo y atienden las indicaciones, a menudo no ofrecen información y dejan que quienes contratan adivinen por qué interrumpieron su vida laboral.

OJO: Las mujeres que ocultan información personal disminuyen dramáticamente sus posibilidades de contratación. Es mejor ser honestas porque es quién eres, por ello, recomendamos que comenten brevemente la interrupción en su carrera y enseguida expliquen por qué son aptas para el puesto ¡Sin disculpas!

Si la persona entrevistadora tiene a alguien cercano que se ha tomado un descanso laboral, muy probablemente estará más interesado en el calibre y potencial de esa población que quien no ha tenido esta experiencia. Por otro lado, realizar voluntariado y trabajo de manera independiente es importante, pero que es un error subrayar “las habilidades de mamá” necesarias para dirigir una vida familiar. El entrevistador podría estar haciendo todo eso y al mismo tiempo trabajar.

Por último y solo como anotación, los empleadores a menudo suponen, de manera equivocada, que las mujeres no podrían comprometerse con su trabajo si están comprometidas con su familia. Afirmar que una candidata no es la idónea puede ser un código de discriminación.