Definitivamente todas las madres desean que sus hijos no sufran, ya que les parte el corazón verlos hacer puchero o llorar, sobre todo, cuando lo hacen porque nos tenemos que ir y no los podemos llevar con nosotras. Este sentimiento de angustia que sienten muchas veces consiste en la «ansiedad de separación» y, por suerte, según la psicóloga Andrea Szpektor, es una situación absolutamente normal e inevitable por la que pasan todos los chicos, entre los 0 y los 6 años.

Pero ¿Cómo ayudarlo? La Psicóloga nos da una serie de consejos para poder alivianar su tristeza y pasar este período de la mejor manera:

  1. Anticipa tus planes u obligaciones con tus hijos

Contarle a nuestro hijo quién va a estar y si vamos a estar mucho tiempo o poquito. «Aunque no entienda la literalidad de las palabras, capta el tono, la intención. Entiende que intentamos explicarle algo», dice la especialista.

  1. Contarle el paso a paso.

Explicarle que vamos, por ejemplo, a la casa de la abuela, donde se va a quedar un rato, y cuando nosotras nos vamos, él almuerza, luego duerme la siesta y después juega un rato y ahí llegamos para merendar con él.

  1. Saludarlo antes de irnos.

Nunca irse a escondidas y desaparecer. A veces pensamos que es lo mejor, sin embargo, cuando nuestro hijo se da cuenta de que nos fuimos, le genera más ansiedad y a la vez siguiente que queramos dejarlo en algún lado, va a estar más pendiente de no sacarnos los ojos de encima. «En estos casos, si se pone mal, lo mejor es decirle: ´Te entiendo. Yo también te voy a extrañar. Te quiero mucho, pero me tengo que ir´. Es una opción más trabajosa al principio, pero más sencilla para el resto de la vida», indica la psicóloga.

  1. Adaptarnos con la nueva niñera.

Puede ser muy efectivo que empiece a ser parte de nuestra vida antes de que empecemos a trabajar. De esta manera pasará a ser parte de la cotidianidad de la casa, tanto para nosotras como para el bebé.

  1. Dedicarle tiempo.

Jugar con él y escucharlo antes de irnos y al volver.

Evitemos a toda consta: irse a escondidas y desaparecer.

A veces pensamos que es lo mejor, sin embargo, cuando nuestro hijo se da cuenta de que nos fuimos, le genera más ansiedad.