El asunto podría resumirse en cuatro palabras: bebés desvelados, papás insomnes. Si bien hay padres que aseguran que sus chiquitos de 2 meses duermen 8 horas de un tirón, la mayoría se queja de sus noches en vela. Por eso consultamos a un auténtico especialista, el pediatra Martín Gruenberg, quien estudió el tema a fondo, dada las múltiples y permanentes consultas de los papás.

Lo primero que hace el doctor es confirmar nuestras sospechas: «Es un problema muy común. Más de la tercera parte de los menores de 2 años y un cuarto de los mayores de esa edad pueden tener alguna dificultad relacionada con el sueño», resalta. El problema es que los padres consideran que esto es normal y, como no consultan, la situación empeora o se perpetúa en el tiempo». Y luego aclara un tema que es central y que los padres, en especial los primerizos, no tienen claro: «Los bebés no nacen sabiendo dormirse: deben aprender. Y el problema es que los adultos sabemos dormir, pero no sabemos enseñarles a hacerlo».

Las reglas del buen dormir

El médico explica que el sueño es un proceso neurofisiológico complejo. «Es como un rompecabezas: podemos ir uniendo algunas piezas, pero sólo cuando el cuadro esté completo el bebé dormirá bien», afirma Gruenberg y quiere decir que no ocurre mágicamente ni es independiente de la actividad del hogar.

La rutina nocturna consiste en una serie de pasos -el rompecabezas que decía el doctor- primordiales de la higiene del sueño. Todas las noches a la misma hora debe comenzar el ritual de dormir al bebé:

*Disminuir la actividad general de la casa. No significa que todos deban irse a dormir, sino bajar las revoluciones, apagar algunas luces y retomar los movimientos habituales cuando ya se haya dormido.

*Apagar el televisor y poner música suave. Se predispondrá a dormir.

*Darle un baño relajante. Se puede jugar un poquito, pero evitando excitarlo mucho, porque sino todo lo anterior habrá sido en vano.

*Alimentarlo. Darle la teta o mamadera antes de que le agarre hambre y empiece a llorar. Además la alimentación lo relaja.

*Acostarlo en su moisés somnoliento. Pero no completamente dormido. Así aprenderá a dormirse solito y cuando se despierte, va a advertir que está en el mismo lugar donde se durmió.

A saber…

Además de estas claves, lo importante para que nuestros bebés aprendan a dormir, es que nosotras estemos informadas. Saber cómo enseñarles es fundamental. Entonces, tené en cuenta que:

*El ciclo del sueño (en los bebés dura de 2 a 3 horas) depende de ritmos neuroeléctricos y se instala a partir de los 3 meses de vida. Está compuesto por la siguiente secuencia:

– Somnolencia

– Sueño profundo (que a su vez tiene 4 etapas)

– Sueño liviano

– Despertar.

*Si cuando se despierta el bebé se encuentra en una situación diferente a cómo se durmió, llorará porque no puede volver a dormirse solito. Si en cambio se encuentra en la misma situación, luego del despertar retomará un nuevo ciclo de sueño y podrá dormir de 4 a 6 horas de un tirón.

*Para trasladar el sueño prolongado a la noche, durante el día debés tratar de despertarlo suavemente si duerme más de 2 horas y media seguidas. Si al estimularlo está totalmente flojo, sin reflejos ni movimientos musculares, significa que está en la etapa de sueño profundo. Colocalo otra vez en el moisés y volvé a intentar en 15 minutos. Si en el segundo intento tiene reflejos o pequeños movimientos musculares, está en una etapa de sueño superficial y, si probás despertarlo ahora, seguramente lo lograrás.

«Despertarlo no significa mantenerlo despierto ni inhibirle el sueño durante todo el día. La idea es impedir que duerma durante el día más de 3 horas seguidas. Si al despertarlo llora y luego se vuelve a dormir, el objetivo está cumplido, ya que le cortaste el período prolongado y comenzó uno nuevo. Mantener despierto al bebé todo el día para que a lo noche se desmaye, es contraproducente, el bebé estará irritable y le costará aún más lograr un sueño reparador», explica el médico.