De chicas nuestras mamás nos decían: «¡Come todas las verduras que tienen vitaminas!». Y ahora que estamos en su lugar, nos damos cuenta de cuánta razón tenían en insistir. Es que como indica el pediatra y nutricionista Esteban Carmuega, las vitaminas son compuestos esenciales que (a excepción de la vitamina D, que es producida por el organismo tras la exposición solar directa), sólo se obtienen a través de los alimentos. ¿Por qué son esenciales?

Según el médico, porque intervienen en todos los procesos celulares, tanto en el mantenimiento de las defensas, como en el crecimiento, o en la producción y utilización de la energía. «Si un pequeño no recibe alguna de las vitaminas, tendrá manifestaciones de la deficiencia que pueden ser muy variadas.

Por ejemplo, en la deficiencia de vitamina A se afecta tempranamente la capacidad para ver de noche con muy poca luz, o en la deficiencia de vitamina C se comprometen las defensas. Los síntomas de las carencias de vitaminas suelen aparecer en el transcurso de semanas o meses y son sutiles al comienzo, pero de persistir, pueden dar lugar a enfermedades serias como el escorbuto, pelagra y algunas formas de anemia», asegura Carmuega.

Primer alimento

El asesor explica que la leche materna contiene todas las vitaminas y minerales que necesita un bebé para crecer saludablemente durante los primeros seis meses de vida. Por eso, durante el período de lactancia, debemos cuidar mucho nuestra alimentación.

El médico pone como ejemplo a la vitamina C. «Las necesidades de esta vitamina se incrementan un 50% durante la lactancia porque debe secretarse con la leche de la madre, y esos 70 mg. se cubren con un cítrico (una mandarina, una naranja, medio pomelo o un vaso pequeño de jugo natural recién exprimido), que contiene la vitamina C, necesaria para satisfacer las necesidades de la propia madre y del bebé», explica el pediatra.

El grupo de nutrientes que disminuyen su concentración en la leche cuando no son ingeridos por la madre está compuesto –además del ácido ascórbico–, por las vitaminas A, B1, B2, B6 y B12. Por eso, es tan importante que durante el embarazo y en lactancia se mantenga una alimentación variada, especialmente en frutas y verduras.