A lo largo de tu vida —si eres una persona promedio— tendrás 150 amigos. De ellos, 5 serán “amigos de verdad”, 10 “amigos cercanos” y 35 con quienes tienes una relación cordial. Debido al paso del tiempo, estas personas serán remplazadas por otras y así sumarán 150. No más, no menos. Así lo reveló un estudio a cargo de la antropóloga británica Robin Dunbar.

En Facebook existen personas que tienen 5 mil amigos —porque es el límite— pero bien podrían tener más. ¿Qué sentido se oculta en tener tantas «amistades» virtuales?. Según una nueva investigación, lo que impulsa a tener a muchas personas agregadas a esta red es una tendencia de acumulación impulsada por la vanidad. 

Según un estudio publicado en Heliyon, estas personas perciben a sus amigos de Facebook como «objetos digitales» y la suma de ellos genera una «mayor necesidad» de compararse con los demás en las plataformas de redes sociales.

Este experimento se basa en un modelo explicativo de mediación, «que predice que las personas más materialistas usan Facebook con mayor frecuencia, porque se comparan con otros, objetivan e instrumentalizan a los demás y acumulan amigos». La piscología social detrás de este estudio asegura que uno de los motivos esenciales para usar Facebook es la necesidad de autopresentación para dar una impresión positiva a los demás, debido a la carencia de la propia.

La mala noticia

Aunque en primera instancia, Facebook parece ser un semillero de oportunidades para alimentar el autoestima con likes y corazones, otra investigación dada a conocer por la misma fuente, revela que no existen resultados concluyentes sobre el uso de esta red social para el bienestar propio. Incluso, algunos sentimientos como la envidia o minusvalía sobrevienen a las personas que intentan mostrar su “buena vida” en público. La necesidad de comparación se vuelve imperiosa y los deseos de ser reconocido se convierten en impulsos desmedidos por hacerse notar a como de lugar.

De acuerdo a esta investigación, hay 3 razones fundamentales por las que las personas sienten una urgente motivación de exhibirse de manera mediática: la necesidad de presentarse, la necesidad de pertenecer y la necesidad de una comparación social.

El dinero o la posición social trae consigo sentimientos erróneos de superioridad y una falta de aceptación de las circunstancias actuales. Cuando las personas tienden a ser materialistas y no alcanzan sus objetivos, viene la frustración. Además, no pueden sostener relaciones genuinas y vínculos positivos, son tan incapaces de amar como de ser amados. Algo que en sí mismo es doloroso.

A grandes rasgos, una persona con este tipo de personalidad está todo el tiempo compitiendo por ser más que los otros y supone que encontrará la paz cuando tenga más posesiones. Sin embargo, por más que tenga nunca le serán suficientes; se siente solo porque no ve en otro ser humano a una persona sino a un recurso. Todo el tiempo vive en una constante incertidumbre.

También existe una tendencia a tener amigos de estatus que ansían tener sólo para otorgarse prestigio a sí mismos y pretender ascender en el ámbito económico o social. Sin embargo, por más cosas (dinero o “amigos”) que tenga, la satisfacción personal es muy baja y aunque se intenta remplazar o esconder con una actitud altiva, segura o hasta prepotente.

Así, la conclusión de esta investigación deriva en las siguientes hipótesis:

1. Las personas con altos valores materialistas usan Facebook con más frecuencia que las personas con bajos valores materialistas.

 2. A mayor actitud materialista, mayor es el número de amigos y más alta la tendencia a objetivar a las personas para lograr metas personales.

 3. La tendencia a compararse a uno mismo incrementa con el uso de esta red social.

Tengas o no una inclinación por las cosas materiales, ¿no crees que es mejor valorar a tus amigos de carne y hueso? Esos que han pasado etapas de crisis y momentos de euforia contigo, a quienes les has contado tus más hondos secretos, quienes saben cómo eres y aún así te quieren de corazón y no necesitan de un like para hacerte saber que todo va a estar bien en las peores épocas.