El día de vuestra boda va a ser inolvidable, y eso nadie lo va a cambiar. Después de meses cuidando cada detalle, llegará la hora de la verdad y estaréis deseando sorprender a vuestros invitados, emocionaros con ellos y, sobre todo, daros el ‘sí, quiero’ y juraros amor eterno.

Pero tenemos algo que contaros, queridas novias, que es probable que no os hayan dicho hasta ahora

 

Tranquilas, nos pasa (ha pasado y pasará) a todas, así que será mejor que os preparéis para estos pequeños ‘imprevistos’, os los toméis con filosofía y disfrutéis de esas imperfecciones que harán que vuestro día sea realmente mágico.

 

El (estresante) momento de la puesta a punto

Te has imaginado rodeada de tus mejores amigas, de tu madre y tus hermanas. Mientras brindáis con champagne, todas te ayudan a vestirte mientras los pajaritos cantan, las nubes se levantan y vuela confetti por la habitación. Pero no. Se te puede descoser un botón del vestido, querer cambiar tu look ‘beauty’ a última hora o recibir una llamada del lugar del banquete diciéndote que tenéis que recolocar un par de mesas. Tranquila, bebe un sorbo de champagne, respira, cuenta hasta 100, pon tu canción favorita a todo volumen y tómatelo ‘despacito‘. Total, la boda no va a empezar sin ti…

 

¿Quién dijo que no ibas a llorar?

Te has prometido que no saldrás con los ojos rojos como tomates en las fotos, que te emocionarás pero no llorarás, pero esta vez sentimos decirte que no cumplirás tus promesas. Las emociones estarán a flor de piel y seguro que las primeras lágrimas de felicidad aparecen incluso antes de salir de casa. ¡Pero no pasa nada! Los ojos te brillarán más y, además, para eso existe el maquillaje ‘waterproof’.

Sí, la comodidad es posible el día de tu boda

Puedes ver en la tienda el vestido de novia más bonito del mundo, pero no será el tuyo si en tu gran día te obliga a estar encorsetada y no poder bailar, comer, reír y disfrutar a tus anchas. Lo mismo ocurre con los zapatos: no te subas a unos ‘stilettos’ de 12 centímetros si siempre vas en zapatillas. Se fiel a tu estilo, y brillarás. Esa es la clave.

El momento B del día B…

Sí, hablamos de lo que imaginas: del baño. Como cualquier humano que se precie, el día de tu boda también necesitarás ir al servicio en algún momento. Y sí, en el 99% de los casos, tendrás que ir acompañada porque, de lo contrario, será imposible… No pasa nada, seguro que has compartido situaciones más embarazosas que esta antes con tu BFF/madre/hermana.

 

Sí, te tocará una interminable sesión de fotos (que no querías)

En las reuniones previas con tus fotógrafos y videógrafos habéis acordado que nada de fotos posadas de grupo, que os harán una breve sesión de pareja y antes de que nadie se dé cuenta, estaréis disfrutando del cóctel. Pobres ilusos… A ver quién le dice que no a haceros una foto de grupo con vuestros primos del pueblo. Y claro, ahí se formará una cola estilo firma de discos de Justin Bieber, y ya no podréis escapar (ni probar ni un canapé ni una copa de vino). Pero tranquilos, vuestros invitados os contarán que el cátering estaba delicioso, y eso siempre tranquiliza…

 

«En mi boda no sonará música comercial»

Porque sois muy alternativos, huís del ‘mainstream’, vais a todos los festivales indie y Shakira os parece el mismísmo Belcebú con micrófono. Pero por mucho que luchéis contra ello, vuestros invitados se vendrán arriba (quizá después de la segunda copa) con todos los ‘rompepistas’ del año, con los grandes éxitos del verano del ’99 y con el ‘Wannabe’ de las Spice Girls. Podrá ser una horterada, pero es probable que terminaréis bailando la conga e incluso (¡oh, no!) ‘Paquito, El Chocolatero’. Pero no os preocupéis, ese día no cuenta… porque siempre pasa.

 

Y por fin… ¡solos!

Después de meses de preparativos, de la emoción del gran día, de la promesa de amor eterno, por fin estáis casados y vais a pasar vuestro primer rato a solas como señora y señor de. Obviamente, las cosas ya no son como antes y es probable que llevéis mucho tiempo conviviendo, pero eso no le resta ese punto especial que tiene la noche de bodas. Eso sí, las películas de amor son muy bonitas, pero cuidado con el momento de entrar con la novia en brazos por la puerta (el cansancio acumulado y la barra libre pesan) y atención a las horquillas y, sobre todo, a los dos millones de botones del vestido. Hasta aquí podemos leer, los detalles serán solo vuestros…

 

Después de leer todo esto, ya estáis de verdad preparados para el ‘sí, quiero’ y a nosotras solo nos queda desearos toda la felicidad del mundo.

¡Que vivan los novios!