Tal vez una de las máximas beauty más parafraseadas en el último tiempo sea la que asegura que la belleza radica en estar cómoda en la propia piel. Lo dijo la modelo y viuda de David Bowie, Iman y lo repitieron la actriz Gwyneth Paltrow y la comediante Ellen DeGeneres.

La web está llena de sus imágenes con la frase estampada, lista para compartir en la red social que se desee. Claro que cuando la propia piel luce limpia y libre de imperfecciones, la comodidad no cuesta tanto trabajo, en cambio, cuando abundan los granitos enquistados, espinillas y puntos negros, rojeces y cicatrices, reina la incomodidad y la máxima se vuelve un imposible.

El acné es una problemática que no está relegada al universo teen: aunque los trastornos hormonales son su principal causa (pubertad, síndrome premenstrual, embarazo, etc.), también puede aparecer por estrés y fatiga. De hecho, esta enfermedad en nuestro país es el principal motivo de consulta al dermatólogo, 8 de cada 10 adolescentes la padecen y se estima que el 20 % de las mujeres de entre 25 y 50 años también. Sin embargo, hasta ahora, la aceptación de los granitos era un tema tabú.

“Cuando era más joven sufrí acné severo. Arruinó completamente mi autoestima: ni siquiera miraba a las personas cuando hablaba con ellas”, expresó Kendall Jenner. Tal vez podíamos ver algunas celebrities lucir orgullosas sus arrugas, top models que se hicieron famosas gracias a sus pecas o sus manchas de vitiligo, pero nunca íbamos a ver la imagen de una piel con acné fuera de un anuncio que buscara combatirlo.

Hasta que llegó el movimiento #skinpositivity a Instagram y de repente, la red donde todos proyectan imágenes súper posadas y editadas se pobló de fotos sin filtro con pieles llenas de comedones. Esta nueva tendencia que busca enaltecer el amor propio y combatir el bullying está ligada al movimiento #bodypositivity –que fomenta la aceptación de las diferentes siluetas y pesos corporales– y se volvió viral en las redes desde que la modelo Kendall Jenner asistiera a la gala de los Golden Globes con algunos granitos visibles en la mejilla.

Todo comenzó unos años atrás, en el 2015, cuando la bloguera británica Em Ford, autora de www.mypaleskin.com, empezó a postear en Instagram unas imágenes a cara lavada y con su rostro lleno de granitos. «Después de desarrollar acné adulto, en marzo de 2015, comencé a compartir imágenes de mi cara con y sin maquillaje en las redes sociales. Mis tutoriales de make up se volvieron virales y en julio de 2015 publiqué un video en mi canal de YouTube llamado You Look Disgusting, que detalla algunos de los comentarios que recibí sobre mi apariencia», comenta Em Ford en una de las entradas de su blog.

El video del que habla es un pseudotutorial de maquillaje en el que se puede ver a la bloguera a cara lavada y a medida que va cubriendo sus imperfecciones, aparecen algunos de los adjetivos con los que fue calificada en las redes. «No puedo ni mirarla», «su cara es muy fea», «horrible», «asquerosa», «repugnante», son algunos de los comentarios que se suceden a medida que avanza el tutorial.

En contraposición, «eres hermosa», «te ves radiante», «amo tu maquillaje», «sos perfecta», son las calificaciones que recibe una vez que finaliza su transformación a través del maquillaje. Pero la cosa no queda ahí: «usas demasiado maquillaje», «esto es publicidad falsa», «debería ser ilegal», «imagínate despertar junto a ella cada mañana, ¡qué espanto!», «no confíes en ninguna perra con maquillaje», los comentarios negativos vuelven al ataque, aunque también aparecen testimonios de gente que sufre lo mismo, confesando lo mal que se sienten al respecto: «tengo acné desde los 12 años», «me siento horrible», «me quiero suicidar».

El video que desde su aparición ha recopilado más de 27 millones de visitas finaliza con un mensaje positivo: «eres hermosa, no dejes que nadie te diga lo contrario, ni siquiera vos misma». Desde entonces, Em Ford ha estado trabajado con grandes marcas, medios de comunicación y creadores de tendencias para concientizar a la gente y predicar la aceptación de la propia piel.