Hay veces que comenzamos a dudar de nuestro cuerpo, nuestra imagen, nuestro comportamiento e incluso nuestra forma de ser.

Muchos hemos caído en estas sensaciones. Por eso compartirmos contigo un plan de vida personal sencillo y fácil de aplicar que te ayudará a sentirte más bella y segura cada día.

1. Conecta con tus emociones

Con frecuencia desestimamos el poder de sentarnos a reflexionar sobre nuestras emociones. Muchas veces entendemos que no tiene sentido y que lo mejor es levantar la frente en alto y seguir para adelante. Avanzar en la vida es muy importante, pero antes debemos hacernos el tiempo y el espacio para conectar con nuestros sentimientos. Enojo, tristeza, rabia, rencor… sea cual sea la emoción, intenta ver qué tiene para decirte. Ese mensaje será el motor que te impulsará para continuar tu camino con mayor soltura y seguridad.

2. Respira con conciencia

Los pensamientos negativos se agolpan en nuestra mente y creemos que no hay salida. En estos momentos, respira. Conectar con la respiración nos hace bajar la velocidad y volver al centro. Quédate respirando el tiempo que precises lenta y profundamente. Verás cómo en unos minutos ya te sientes más a gusto contigo misma.

3. Sé honesta contigo misma

Sé sincera contigo misma y sincérate también con las personas que te rodean. Esto te permitirá no solo visualizar tus virtudes, sino también potenciar los talentos que quizá habitan en ti escondidos y esperan salir a la luz.

4. Brinda tiempo para los demás

Dar un servicio desinteresado a otras personas tiene la magia de transformar las energías negativas y llenarte de motivación por la vida. Esta es una forma simple y fácil de salir de la espiral de la duda y los complejos, ya que nos permite ponernos en contacto con otras realidades, relativizar la propia y visualizar nuestras luces.

La próxima vez que sientas dudas sobre ti misma, tu cuerpo o tus actitudes intenta enfocarte primero en los motivos reales de estos cuestionamientos. Los momentos de duda en algún punto son momentos de crisis, y las crisis son oportunidades reales de crecimiento. Aprovéchalas y utilízalas como trampolín para experimentar a pleno la vida de manera segura y confiada.