Expertos internacionales han llegado a la conclusión de que el poeta chileno y Premio Nobel de Literatura en 1971, Pablo Neruda, murió envenenado con toxina botulínica y no de cáncer de próstata.
Este resultado se produce después de que en 2011 miembros del Partido Comunista presentaran una demanda cuestionando la versión oficial de la muerte de Neruda.
Se cree que la principal hipótesis de su asesinato fue una inyección no programada que recibió el 23 de septiembre de 1973 en el abdomen por un supuesto médico llamado Premio.
En 2017 se informó de que se había encontrado en una de sus muelas la bacteria tóxica «clostridium botulinum», responsable de causar botulismo, lo que confirmó las sospechas sobre cómo falleció dos semanas después de que se produjera un golpe de Estado en Chile.
Un panel formado por investigadores forenses internacionales estuvo analizando las pruebas hasta que a principios de febrero se filtró su consenso confirmando los resultados positivos de envenenamiento como causa de la muerte.