A young mother and her son are celebrating Christmas morning together, they are both lying on the floor and playing with newly opened toys together.

Es temporada de fiestas y mientras los niños esperan ansiosamente a que alguien llegue por la chimenea a dejarles regalos o a que se encienda la primera vela del menorah, los padres están abrumados con las responsabilidades que se agregan a su de por sí ocupada vida.

No permitas que el estrés arruine tus fiestas este año. Mejor toma las riendas de tu vida y maneja tu estrés en vez de permitir que sea al revés.

A G HOLESCH

He aquí cuatro consejos para ayudarte a hacerlo:

Baja tus expectativas

Una manera segura de sentirte miserable es si buscas un cuadro perfecto de Pinterest de lo que quieres hacer esta temporada.

¿Qué tal si mejor piensas en una temporada «suficientemente buena» este año? Puedes disfrutar de fiestas desordenadas pero muy humanas que incluyan: agotamiento, decepción, malos modos, y hermanos peleando.

Espera lágrimas en el regazo de Santa. Considera que artículos muy importantes de la lista de deseos se van a agotar antes de que llegues a la tienda, y que vas a pasar media hora buscando donde estacionarte.

Así es que cuando pase, puedes tener la satisfacción de decir: «¡Le atiné! ¡Sí pasó!». Los días de fiesta incluyen algo de caos, y será menos estresante si le sigues la corriente en lugar de luchar contra él».

Planea tus estrategias

Si quieres conservar la cordura, recuerda que estás tratando con niños que tienen necesidades básicas, y si sus necesidades no son cubiertas, pues pagarás el precio con mal humor y comportamiento.

Para evitar esto, pasa algo de tiempo planeando y asegura que se den las cosas:

  • Comida nutritiva
  • Suficiente sueño
  • Tiempo para descargar energía
  • Tiempo para relajarse
  • Atención de los padres

Revisa tus planes y piensa creativamente: si estás en casa de amigos y la cena se sirve a las 7:30 PM pero tus hijos comen a las 5:00 PM, tal vez tengas que empacar algunos tentempiés sencillos y ricos en proteínas para darle a tus pequeños.

Recuerda, los niños pueden no dormir pero después de unos días todo se junta. No programes actividades consecutivas que afecten la hora dormir.

Empaca una mochila de actividades tranquilas y libros para ayudar a tus hijos a relajarse, tal vez incluso una siesta todos los días. Aunque no lo creas, puedes disfrutar de tranquilidad mientras viajas o durante una visita. De otra forma vas a tener que lidiar con un frijolito saltarín.

Si quieres que tu hijo te deje un rato en paz mientras tomas una copa de vino con un amigo, asegúrate de tener un juego de cartas o de leer un libro juntos antes para que puedan estar entretenidos solos durante una hora. Esto reducirá la necesidad de atención y el resultado será más disfrutable para todos.

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No te satures de actividades

La presión de tiempo es un factor muy estresante durante las fiestas. Así es que algo tan simple como dejar tiempo para el quehacer, o rechazar amablemente algunas invitaciones puede ayudar mucho y hacer una diferencia en los niveles de estrés.

Regálate un servicio de limpieza doméstica y llena tu congelador con platillos que puedan cocinarse sin mucha complicación. Y no olvides delegar tareas. Tienes muchos ayudantes en la familia y los chicos aman ayudar si se los pides de determinada manera.

Recuerda lo que es importante

Mientras más vivimos con nuestros valores, más felices somos. Recuerda lo importante de esta temporada, escríbelo y pégalo en el refrigerador si es necesario.

No dejes que el estrés de una casa sucia se interponga en el recuerdo de los grandes momentos con tus hijos. Amo decir que «los niños quieren nuestra presencia, no nuestros presentes». ¿No sería mejor que pasáramos las fiestas jugando juegos de mesa y en la resbaladilla que cansados y hartos de buscar hasta el último regalo?

Si te sientes agitada y llena de pendientes, dirígete al refrigerados, revisa tu lista de lo que es importante, respira y deja ir…

 

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