Lograr que todas las tareas del hogar estén hechas, que los hijos y la pareja sean saludables y además cumplir en el trabajo, puede poner la vida de una mujer de cabeza. Por ello no están de más los consejos para ser una mamá feliz y sin culpas.

Una madre que se levanta por la mañana para ir a trabajar y ve una tubería de agua rota cerrará la llave de paso, despertará a sus hijos, llamará a un fontanero, dejará la llave de casa a la vecina y, una vez que esté en su coche, habrá superado esa dificultad y podrá comenzar con su trabajo”.

Este es un ejemplo que ilustra cómo la inteligencia emocional, la autoestima, los valores, la iniciativa y la fortaleza interna se ponen en marcha al unísono y lo más valioso, frente a sus hijos, que perciben lo femenino y la maternidad desde una perspectiva llena de fortaleza. Sin embargo, aunque el ejemplo es inspirador y el legado a sus hijos es invaluable, también lo es que a pesar de eso, pueden sentir culpa por no estar todo el tiempo con ellos, por lo que es necesario reflexionar sobre los siguientes puntos:

  1. Estar separados algunas horas, no indica no estar disponible, los hijos deben saber que cuentan con su mamá.
  2. El hecho de que los hijos estén en la escuela y/o guardería mientras la mamá trabaja, no equivale a que el vínculo entre ellos se debilite o desaparezca.
  3. Las mamás que laboran fuera del hogar, tienen la oportunidad de inculcar en sus hijos un sentido de responsabilidad e independencia sólidos, ya que la dinámica familiar así lo promueve.
  4. Los hijos reciben también amor por parte de su padre, hermanos y otras figuras familiares de afecto, por lo que la vida emocional de los niños se alimenta de muchas personas.
  5. La mamá puede hacerles saber a sus hijos que son amados y que, su labor profesional no se opone a ello, hay que dejar de lado la idea que la madre siempre es sinónimo de exclusividad, sacrificio y abnegación, y pensar con mayor lucidez, por lo que una madre lúcida da a sus hijos lo que necesitan en el momento en que cuando está con ellos, fomenta el apego positivo porque sabe que ahí está la clave del éxito.

Por último recuerda que, cuando una madre se separa ocho horas al día de sus hijos y/o bebés, necesita haber trabajado tanto el apego positivo, así  como los dos tipos de protección básicos: afectivo y efectivo.