Las mujeres son consistentemente menos felices que los hombres hasta que cumplen 85 años, según una nueva encuesta masiva hecha por el Servicio Nacional de Salud del Reino Unido (NHS, por sus siglas en inglés). Es en ese momento que los hombres llegan a su punto más infeliz y las mujeres a su punto de mayor plenitud.
Según la Encuesta Anual de Salud para Inglaterra, el número de personas británicas que reportan problemas de salud mental está subiendo y las mujeres jóvenes son las más afectadas. En general, si se incluyen todos los grupos de edad, el 21 por ciento de las mujeres muestran rasgos de mala salud mental, comparado con sólo el 16 por ciento los hombres. Pero la brecha aumenta significativamente en los grupos más jóvenes, entre los 16 y 24 años, el 28 por ciento de las mujeres padece una mala salud mental, comparado con el 16 por ciento de los hombres. (Hasta en su edad más infeliz —85 para arriba— sólo 19 por ciento de los hombres demuestra señales de mala salud mental. En su punto más feliz, el 14 por ciento de las mujeres lo demuestra).
Los resultados de la encuesta seguramente resonarán con muchas mujeres; vivimos en una sociedad fundamentalmente desigual, donde sistemáticamente nos niegan una paga equitativa, protección contra la discriminación y el acoso y una autonomía básica sobre nuestros cuerpos. Las mujeres son desproporcionadamente afectadas por la ansiedad y la depresión, según la Organización Mundial de la Salud, la cual en un documento oficial enfatiza que un rango social bajo es un indicador importante de la depresión. “El estatus social de subordinación de las mujeres es reforzado en el trabajo, ya que es más probable que ocupen trabajos poco seguros y de estatus más bajo sin autoridad para tomar decisiones”, dice. “Los roles de género tradicionales aumentan la susceptibilidad ya que enfatizan la pasividad, la sumisión y la dependencia, e imponen una responsabilidad de cuidar incesantemente de los demás”.
También está la institución del matrimonio heterosexual, la cual se sabe ampliamente que no es satisfactoria para las mujeres. Según los psiquiatrasentrevistado por The Times, es posible que las mujeres experimenten una ráfaga de felicidad hacia el final de sus vidas porque muchas ya son viudas para ese punto. Tristan Bridges, un sociólogo y experto en masculinidad en la Universidad de California, Santa Barbara, concuerda con este argumento: “Ha habido muchas investigaciones buenas que demuestran que el matrimonio heterosexual es, y siempre ha sido, mejor para los hombres que para las mujeres”, le contó a Broadly. “Los hombres son más felices, más sanos y cuentan con mejores finanzas en los matrimonios heterosexuales… lo mismo no aplica para las mujeres”.
Según Bridges, las mujeres tienden a vivir más que los hombres y a casarse más jóvenes. Esto implica que, después de los 85, pueden sentir una libertad repentina. “La vejez es una etapa donde [las mujeres] pueden ser libres de explorar cosas que no pudieron durante la mayoría de sus vidas casadas,” agrega. Tal vez algún día las mujeres vivirán en una utopía poliamorosa, donde podrán llenar los deseos de sus corazones antes de tener casi 90 años.