El plan de Spotify de cotizar revela la dura rivalidad con Apple y Google en el negocio del ‘streaming’

Spotify llama a la puerta de Wall Street. Es el rival a batir del streaming musical. Pero el negocio de la distribución de canciones por Internet está muy frecuentado. Y pese a la popularidad de plataformas como Apple Music, Google Play Music, Pandora Media, Tidal, SoundCloud, Deezer o Prime Music de Amazon, todos los jugadores tienen las cuentas bajo una gran presión por el alto coste de las licencias. La idea es que empiece a cotizar a lo largo de la primera mitad de este año. El acuerdo que cerró la pasada primavera con Universal Music, la mayor firma discográfica, ubicó a la compañía sueca en línea recta hacia el parqué. El acceso a su inmenso catálogo le permite convencer a los inversores de que puede trasladar el rápido crecimiento de usuarios a un negocio financieramente sólido.

La transacción, que lleva fraguándose un año, es una clara señal de confianza. Pero Apple, Google y Amazon tienen una cantidad ingente de recursos técnicos y financieros para competir. En el otro extremo, compañías más pequeñas como SoundCloud, Tital y Deezer tienen que lidiar con modelos que están bajo mucha más presión. Spotify y Pandora se encuentran en el epicentro de la batalla. La guerra empezó a tomar cuerpo cuando Apple adquirió Beats Electronics para lanzar su propio servicio de streaming. Al año estrenó Apple Music y el pasado verano redujo el abono para poder acceder libremente al catálogo de iTunes, a un precio inferior al de sus competidores. El movimiento era inusual, porque la firma de Cupertino es muy rigurosa al emplear su política de precios.

Pero el fabricante del iPhone y de los Mac juega con ventaja. Cuenta con el efectivo y una estructura diversificada para asumir pérdidas en esa línea de negocio si el descuento le sirve para atraer nuevos clientes a su servicio. Y de paso, aprovecha para hacer un poco más daño a la cuenta de resultados de sus competidores. Los ingresos de Pandora y Spotify son muy dependientes de las suscripciones. Apple está centrada en perpetuar su ecosistema de dispositivos, al que va a incorporar HomePod. Este altavoz interactivo, similar al que vende Amazon y Google, tiene la calidad acústica de la prestigiosa firma Sonos. Será, por tanto, un elemento clave en su estrategia de música digital, donde fue pionera con el iPod. También acaba de comprar Shazam. Apple Music cuenta con más de 30 millones de abonados.

Su base de usuarios crece rápido, también porque es una de las marcas más reconocidas del mundo. Los fieles de Apple, sin embargo, suelen tener más de 35 años. La rebaja le permite, por tanto, atraer a un público más joven, con un poder adquisitivo inferior. Es ahí donde Spotify es más fuerte. Es el rival a batir, con 60 millones de suscriptores de pago y 140 millones de usuarios. Pese a ser el doble de grande que Apple Music y cuatro veces más que Prime Music, las cuentas no cuadran. Elevó un 50% la facturación en 2016, hasta los 2.930 millones de dólares. Pero duplicó las pérdidas a 581 millones. El 85% del gasto lo destina a royalties y a la distribución. Apple también tiene que lidiar con un problema similar, lo que le obliga a renegociar con las discográficas para rebajarlos.

Vemos que Spotify no ofrece en este momento ninguna indicación sobre la valoración que busca. Las últimas rondas de financiación la acercan a los 19.000 millones, pequeña comparada con Apple, Amazon o Google. Al mismo tiempo, debe demostrar a los inversores que su negocio no ha llegado a un punto de inflexión y, sobre todo, explicar cómo va a hacer frente a la competencia. El estreno bursátil le permitirá, en principio, tener más dinero disponible para invertir en compañías que le pueden ayudar a mejorar su servicio, afinar la selección y la relación con sus usuarios. Es lo que hizo con la compra del estudio onlineSoundtrap y la plataforma de recomendaciones televisiva MightyTV, que se suman a la adquisición de Echo Nest hace tres años.

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