La Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA) ha informado que la temperatura promedio global sobre la superficie del planeta ha superado los 17 grados centígrados, estableciendo así un nuevo récord. Este hito se registró el 4 de julio, superando la marca anterior de 17.01 grados Celsius establecida la semana pasada. Estos datos alarmantes llegan justo al inicio del verano en el hemisferio norte y son el resultado de la combinación del fenómeno de El Niño temprano y el cambio climático.
Los científicos advierten que este año podría convertirse en uno de los más calurosos jamás registrados debido a esta combinación de factores. A principios de junio, la NOAA anunció el inicio de El Niño, un fenómeno climático asociado con el aumento de las temperaturas en el océano Pacífico oriental ecuatorial. Esta interacción entre El Niño y el cambio climático ha generado preocupación en la comunidad científica.
Además, se espera que el efecto de El Niño provoque un verano lluvioso en el sur de Estados Unidos y en la costa del Golfo de México, según señala la NOAA. Robert Rohde, de Berkeley Earth en la Universidad de California, ha mencionado en Twitter que esta combinación podría resultar en días aún más calurosos en las próximas semanas.
Las predicciones del Servicio Meteorológico Nacional (NWS) indican que se esperan temperaturas extremadamente altas en diversas ciudades de Estados Unidos. Lugares como Las Vegas, El Paso y Albuquerque podrían superar los 38 grados Celsius, mientras que Phoenix podría llegar a alcanzar los 43.3 grados Celsius. Asimismo, se pronostican temperaturas entre 33 y 37 grados Celsius en ciudades como San Antonio, Dallas, Jacksonville, Tampa, Oklahoma City, Memphis, Nueva Orleans y Washington DC.
Estos datos resaltan la urgencia de tomar medidas para abordar el cambio climático y sus impactos en nuestro planeta. El aumento de las temperaturas globales tiene consecuencias graves para el medio ambiente, la salud humana y la vida en general. Es fundamental trabajar en conjunto para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y promover prácticas sostenibles que ayuden a mitigar el calentamiento global.