Seguro te ha tocado acostarte en una cama o sentarte en un sillón infestado de chinches, y seguro habrás pagado las consecuencias de manera dolorosa. Cimex lectularius son aquellos insectos chupasangre que atacan por la noche y dejan pequeñas ronchas rojas en la piel. En el peor de los casos pueden desatar reacciones alérgicas, pero no son capaces de transmitir ninguna enfermedad grave como ciertos mosquitos.

Ante el creciente número de quejas y consultas por piquetes de chinches, se cree que su población va en aumento. Esto se debe a varias factores entre los que figuran principalmente la nueva resistencia de la especie a viejos pesticidas, la prohibición de pesticidas más eficientes y la red internacional de viajes, la cual es cada vez más accesible y cubre más territorios.

Sobre este último factor, un grupo de investigadores ha encontrado una manera para evitar que estas criaturas se te peguen cuando regreses de un viaje. Al poner esta medida en práctica, daremos un paso importante para prevenir que estos insectos se propaguen por el mundo.

A las chinches les encanta la sangre humana, y para detectarla, se sienten particularmente atraídos al hedor que emite el cuerpo. Este dato fue confirmado por un estudio realizado por entomólogos de la Universidad de Sheffield en el Reino Unido.

El experimento consistió en colocar dos bolsas -una con ropa limpia y otra con ropa sucia- en una habitación libre de la presencia de personas. Los investigadores descubrieron que las chinches eran dos veces más propensas a meterse en la bolsa llena de ropa sucia, en contraste a la bolsa de ropa limpia.

En otras palabras, las chinches se han esparcido por el mundo a través de las prendas sucias que guardamos en el equipaje y que no lavamos sino hasta que volvemos a casa. Ante estos resultados, Toby Fountain, un biólogo evolutivo de la Universidad de Uppsala en Suecia, le dijo a Gizmodo:

Este resultado hace hincapié en la importancia de asegurarse de que el equipaje y otras pertenencias deben hacerse tan inaccesibles a las chinches como sea posible cuando se quedan en lugares de mayor riesgo, por ejemplo, asegurándose de que las bolsas estén completamente cerradas y aseguradas en lugares alejados de la cama.

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