Y no, si piensas que un hombre se fija en una mujer de 20 años, estás muy equivocada.

Actualmente el número de mujeres que se casa con hombres menores sigue aumentando. La idea de que la mujer debería buscar un hombre que cuide de ella, que sea más educado, tenga un mejor trabajo y gane más dinero, al parecer ya no tiene vigencia, dijo a The New York Times, Sandra L. Caron, profesora de relaciones familiares y sexualidad humana de la Universidad de Maine.

Esto debido a que hoy, según la especialista, la relajación de las convenciones en las relaciones de pareja se ve tanto en la edad, como en la raza, la religión y el estatus económico.

En Estados Unidos ya tienen una denominación para las mujeres que mantiene este tipo de relaciones: las cougar (panteras), porque las comparan a la imagen de este animal: salvaje y hermoso pero depredadoras porque rondan a sus víctimas, casi siempre hombres tan jóvenes que podrían ser sus hijos.

Desde esta perspectiva, son admiradas por ser mujeres de 40 o más años independientes, con una situación económica consolidada y seguras de sí mismas. Pero al mismo tiempo, son temidas por sus pares, que las ven como una competencia peligrosa y seductora en materia de hombres. Y también por ellos, que se asustan ante su autonomía y determinación.

De acuerdo con un estudio realizado en Estados Unidos con parejas formadas por mujeres 10 años mayor que los hombres, la diferencia de edad les importa más a los demás que a ellos.

A la mujer le gusta la vitalidad que el hombre joven trae a sus vidas, mientras que a ellos les gusta la madurez y la confianza de la mujer mayor, aunque es un hecho que la diferencia generacional puede facilitar la infidelidad.

Tanto mujeres como hombres, ya no se sienten incómodos con la posibilidad de que sea ella la que gane más dinero, según el estudio. Y pese a que es probable que una mujer autónoma no quiera adoptar como pareja a un inútil, también es un hecho que ellas hoy están menos enfocadas en el estatus de su compañero, respecto de lo que sucedía con las mujeres de generaciones anteriores.

Fuente: Revista Soy Carmin