La enfermedad del hígado graso no alcohólico (EHGNA) en el embarazo casi se ha triplicado en los últimos diez años y aumenta los riesgos tanto para la madre como para el bebé, incluidas las complicaciones hipertensivas del embarazo, el sangrado después del parto y el parto prematuro, informan investigadores en el ‘Journal of Hepatology’.
Ante esta situación, investigadores de un nuevo estudio de la Universidad de California recomiendan que la EHGNA se considere una condición de alto riesgo en el embarazo y que las mujeres que la padezcan reciban asesoramiento previo a la concepción sobre estos riesgos.
La EHGNA está aumentando en adultos jóvenes, con posibles implicaciones para las mujeres en edad fértil. A nivel mundial, alrededor del 25 por ciento de todas las personas están afectadas e incluye esteatosis simple (acumulación de grasa en el hígado), así como lesión hepatocelular y fibrosis, conocida como esteatohepatitis no alcohólica (EHNA), y se le considera la manifestación hepática del síndrome metabólico y está estrechamente relacionada con la obesidad y la diabetes.
La epidemia de obesidad ha afectado a mujeres en edad reproductiva, con obesidad presente en más de un tercio de las mujeres estadounidenses de 20 a 39 años. El embarazo en sí es un estado relativamente resistente a la insulina y la obesidad materna concurrente aumenta aún más el riesgo de diabetes gestacional. Los riesgos adversos de la obesidad y la diabetes gestacional en los resultados perinatales están bien establecidos, aunque se desconoce si la EHGNA se asocia independientemente con complicaciones más graves relacionadas con el embarazo.
«Los datos emergentes de los Estados Unidos destacan el mayor aumento en la incidencia de la EHGNA entre adultos menores de 40 años, y la EHNA es ahora la principal indicación de trasplante de hígado en adultos jóvenes», destaca la investigadora principal, Monika Sarkar, de la División de Gastroenterología y Hepatología de la Universidad de California, San Francisco.
«Las implicaciones para la salud pública de la EHGNA y la EHNA en adultos jóvenes, incluidas las mujeres en edad fértil, son, por lo tanto, amplias –reconoce–. En el estudio actual, investigamos las implicaciones de (EHGNA) en mujeres jóvenes y demostramos que efectivamente confiere riesgos distintos para sus embarazos, incluida la salud materna y perinatal».
los investigadores evaluaron si tener EHGNA en el embarazo se asociaba con resultados maternos y perinatales adversos, en comparación con otros tipos de EPC y sin EPC en el embarazo. Y descubrieron que la la EHGNA estaba asociada con complicaciones hipertensivas en el embarazo, definidas como preeclampsia, eclampsia y / o síndrome HELLP (hemólisis, elevación de las enzimas hepáticas, plaquetas bajas), parto prematuro y sangrado materno después del parto (hemorragia posparto), independiente de otras enfermedades metabólicas preexistentes.
«Estos datos respaldan la necesidad de una consideración más rutinaria de la EHGNA en el embarazo, particularmente en mujeres con comorbilidades metabólicas existentes –señala el doctor Sarkar–. Las mujeres con EHGNA justifican el asesoramiento previo a la concepción sobre los riesgos maternos y perinatales, así como el tratamiento por parte de un obstetra de alto riesgo durante el embarazo.