Seguramente al principio te va a costar, pero debes de cambiar los malos hábitos como un reto que debes superar para lograr un mayor bienestar general a largo plazo.

Tal vez creas que ya estás demasiado grande como para cambiar los malos hábitos los cuales te han acompañado durante muchos años, pero nunca es tarde.

Siempre tenemos la oportunidad de mejorar y seguir creciendo como personas.

¿Es posible cambiar malos hábitos?

Claro que sí. No importa la edad que tengas. Los malos hábitos afectan nuestra vida, complican relaciones e incluso pueden poner en riesgo tu salud (tanto física como mental).

Frecuentemente nos preguntamos por qué continuamos haciendo algo que no es bueno y de qué manera podemos cambiarlo. Ante hábitos perjudiciales la mejor forma de eliminarlos es ser conscientes y comprometidos.

Si no puedes tener la vida que deseas, lo más importante es comenzar detectando aquello que quieres modificar.

Ser conscientes de un hábito negativo es fundamental. Hacer un análisis y tomarnos el tiempo para reflexionar sobre lo que nos gustaría cambiar ya es un gran paso.

Tratar de “intentar” eliminar las malas actitudes no sirve de nada. ¿Por qué? Pues porque los intentos no aseguran el éxito. Por lo tanto, debes quitar esa palabra de tu mente y ponerte en acción con el objetivo bien claro.

Por ejemplo, si tienes el hábito de pensar en que algo malo te sucederá, intentar eliminar el pensamiento te conducirá… ¡a ese pensamiento! Puede parecer ilógico pero es así.

Consejos para cambiar malos hábitos

1. Identifica los malos hábitos

Haz una lista en un papel. Luego deberás ir trabajando de uno en uno, porque necesitas todo el enfoque y el esfuerzo para poder cambiarlos.

  • Detecta las acciones que no te están haciendo bien, ya sea a tu salud, con tus relaciones interpersonales, en el trabajo, etc.
  • Una vez que tengamos identificados los malos hábitos el camino puede tornarse más sencillo.

2. Apuesta por el cambio

De nada sirve que digamos “tengo estos malos hábitos” si nos quedamos en ese peldaño de la escalera. Es fundamental seguir avanzando.

  • Una buena manera de lograrlo es pensar en el daño que te están produciendo y las ventajas que obtendrás cuando lo erradiques de tu vida.
  • Para reforzar la decisión de cambiar ten siempre en mente los beneficios asociados. No olvides que cambiar una conducta negativa conlleva trabajo, dedicación, fuerza de voluntad y esfuerzo.

Por eso en el momento en que sientas que no puedes continuar… recuerda el sacrificio que ya has hecho y los efectos que te traerá seguir por esa senda.

3. Detecta los sentimientos relacionados

Ya que los malos hábitos tienen como principal consecuencia darnos felicidad o hacernos sentir bien “en el momento”, también pueden ocasionar depresión, ansiedad o angustia cuando los dejamos de lado.

  • También es cierto que, ante ciertas situaciones, somos más propensos a la elección de acciones perjudiciales.
  • Trata de encontrar la manera de reducir estos sentimientos que te llevan directamente hacia los malos hábitos.
  • ¿Qué hacer en esas situaciones? Puedes concentrarte en otras actividades como, por ejemplo, hacer ejercicio, beber un té relajante, dormir una siesta, leer, mirar una película, etc.

4. Reemplaza por hábitos saludables

Es más fácil cambiar un hábito por otro que erradicarlo de raíz. La idea es que el cerebro reciba una recompensa similar a la anterior.

  • Si tu mala acción es, por ejemplo, comer chocolates, puedes probar opciones más sanas como cacao puro o bien consumir una porción más pequeña.
  • Si no puedes dejar de beber café busca alternativas menos invasivas como, por ejemplo, descafeinado, infusiones de hierbas, etc.

De esta manera evitarás la sensación de “vacío” y de angustia que te genera la pérdida de ese hábito al que tanto estás acostumbrado.

Igualmente será difícil, porque no es igual fumar que comer un caramelo; sin embargo, es preferible eso a directamente tratar de eliminar la acción sin nada más a cambio.

5. Recibe una recompensa

Cuando adquieras nuevos hábitos es fundamental recibir regalos o reconocimientos por tu esfuerzo. Pero atención, que eso no significa regresar a las acciones anteriores.

Hay muchas cosas que te servirán de recompensa. ¿Qué tal un par de zapatos nuevos, una tarde libre, un fin de semana en el campo o un libro de tu autor favorito?

Ahora bien, si realmente estás interesado a cambiar de hábitos y tienes toda la intención…¡Manos a la obra!