Un estudio a gran escala ha comparado el estilo de vida y el riesgo de mortalidad de padres solteros en comparación con padres y madres solteros emparejados, concluyendo que los padres solteros -que no las madres solteras- tienen más probabilidad de morir de forma prematura. Los hallazgos han sido publicados en la revista The Lancet Public Health.
Según el Pew Research Center, solo en Estados Unidos, de menos de 300.000 hogares construidos con padres solteros en la década de 1960, en 2011 el número aumentó a más de 2,6 millones. Respecto a las mujeres, los hogares de madres solteras pasaron de 1,9 millones a 8.6 millones durante ese tiempo. El crecimiento es cuanto menos llamativo.
Como los autores del nuevo estudio señalan, a pesar de estas cifras crecientes, no se han realizado suficientes investigaciones sobre la salud de los padres solteros ni se ha comparado la mortalidad de las madres solteras con la de los padres solteros.
Para arrojar un poco de luz en este asunto, la investigadora Maria Chiu, del Instituto de Ciencias Clínicas Evaluativas y la Universidad de Toronto, ambas en Canadá, y sus colegas siguieron el estilo de vida de casi 40.500 canadienses en un período de 11 años.
El riesgo de muerte se duplicó entre los padres solteros
De todos los participantes, 871 eran padres solteros, 4.590 eran madres solteras, 16.341 eran padres con pareja, y 18.688 eran madres con pareja. En promedio, los participantes tenían entre 41 y 46 años con al menos un hijo biológico o adoptivo que viviera en el hogar y que tuviera menos de 25 años.
En las últimas décadas, el número de padres solteros se ha disparado
«Los padres solteros se definieron como aquellos que estaban divorciados, separados, viudos o solteros, que nunca se habían casado y que no vivían en pareja, y los padres emparejados se definieron como aquellos que estaban casados o tenían parejas de hecho», explican los autores. Utilizando el modelo de riesgo proporcional de Cox, los científicos realizaron lo que, según su conocimiento, es la «primera comparación directa de mortalidad entre grupos de padres solteros y en pareja».
Al comienzo del estudio, los padres solteros eran más propensos a tener cáncer y enfermedades del corazón que los que tenían pareja. Además, tenían más probabilidades de haber sido hospitalizados en el año previo al estudio.