“No importa si tienes una talla 32 o una 52, puedes estar sano siempre que cuides tu cuerpo, trabajes y te digas a ti mismo «te quiero», en vez de aceptar la negatividad de los estándares de belleza». Así expresó su orgullo y el de cientos de mujeres la modelo estadounidense Ashley Graham en Instagram. Tiene una talla 46 y es sin duda alguna una de las famosas más deseadas del mundo de la moda en la actualidad. Como ella, numerosas modelos optaron por lucir y presumir con orgullo de su cuerpo, con curvas, lejos de la imagen de las modelos tradicionales con su pequeño 32 ó 34.

En la actualidad, se considera que las modelos que tiene una talla superior a la 40 son «plus size». Esta talla, considerada normal para una mujer exterior al mundo de la moda, es la cifra límite, como una frontera entre las mujeres que ejercen de modelos. En un mundo cada vez más exigente, impulsado por las redes sociales y el culto de la imagen, estas mujeres pretenden dar un golpe en la mesa y demostrar que tener curvas no es incompatible con ser guapa, atractiva y deseable. Rompiendo todos los prejuicios en defintiva.

Prueba de ello fue por ejemplo la victoria de Whitney Thompson en la décima edición de America’s Next Top ModelPor primera vez, una mujer con talla 40 ganó el programa. Otras modelos como Mila Dalbesio, primera modelo curvy de Calvin Klein, o Candice Huffine, primera mujer con curvas en aparecer en el Calendario Pirelli, rompieron los tabúes. Dar visibilidad, ayudar a las mujeres, y sobre todo aceptar su cuerpo son algunos de los mensajes que pretenden transmitir. ¿Está listo el mundo de la moda para acoger a estas mujeres con una talla que no se considera estándar? Así parece ser, ayudado por redes como Instagram en las que estas modelos lucen sus cuerpos, en ropa interior y con una seguridad desconcertante.