Compré mi primer vibrador cuando tenía 22 años. Una noche después de tomar un par de tragos, dos de mis compañeras de trabajo me llevaron a una tienda de juguetes sexuales para adultos después de descubrir que nunca había tenido uno. Siendo una chica de un pequeño poblado, miré con asombro la gran variedad de dildos y vibradores coloridos. Terminé por comprar un vibrador de tamaño mediano en color rosa, aunque me tomó un par de meses dejar de sentirme intimidada. (En retrospectiva, debería haber comenzado con un simple huevo).

Según un nuevo artículo publicado en Sexual and Relationship Therapy, hay varios factores que una persona debe considerar al tratar de decidir qué tipo de vibrador comprar. El documento, cortesía de un equipo multidisciplinario de especialistas en salud sexual, parece ser el primero en ofrecer recomendaciones basadas en evidencia que ayuden a los profesionales de la salud y terapeutas a aconsejar a sus pacientes sobre cómo elegir y usar de manera segura un dispositivo que los asista en la vibración genital, ya sea con fines sexuales y/o terapéuticos. (Estas recomendaciones son resultado del análisis de décadas de investigación sobre vibradores y disfunción sexual).

Por su parte, los autores del estudio reconocen que la elección de un vibrador «puede resultar abrumadora debido al gran número de variedades de vibradores disponibles en el mercado». Una de las primeras cosas que debes considerar, escriben, es lo que realmente quieres que haga tu vibrador. Si la penetración y la estimulación interna son importantes para ti, entonces debes fijarte en la forma y el tamaño.

«Por ejemplo,» escriben los autores, «algunos vibradores que están diseñados específicamente para la estimulación externa (como a los que les llaman balas vibradoras) están conectados por cable a un control remoto y, por lo tanto, no se recomiendan para uso interno. Otros vibradores externos pueden no ser seguros para uso interno debido a un compartimento de la batería expuesto o flojo y la necesidad de evitar que las baterías se queden en el canal vaginal».

También se debe prestar especial atención a las características físicas si experimentas dolor genital, anal o pélvico durante el sexo. Los autores recomiendan evitar los dispositivos de gran tamaño y, en su lugar, elegir uno que tenga una longitud y circunferencia promedio o inferior al promedio, y que tenga un eje liso. (Como referencia, la investigación citada en el artículo descubrió que la longitud promedio es menor a 15 cm, mientras que la circunferencia promedio es menor a 11 cm).

Además, si planeas usar el dispositivo analmente, asegúrate de que tenga una base ancha o un cordel. «El uso incorrecto de un vibrador es el tipo de emergencia más común relacionada con los dispositivos sexuales tanto en hombres como en mujeres», afirma el estudio. «Esto es especialmente relevante para los hombres que tienen sexo con hombres, de los cuales el 87% reporta la inserción anal de un vibrador durante la autoestimulación».

En términos de funcionalidad, si no estás seguro de lo que te va a excitar, es posible que lo mejor sea comprar algo que ofrezca cierta versatilidad en velocidad, intensidad o tipo de vibración (por ejemplo: pulsante, explosiva y creciente). «La velocidad variable le permite al paciente más opciones y una mayor oportunidad de explorar la velocidad que funcione mejor para sus necesidades», afirma el estudio. «Los vibradores también varían en la intensidad de vibración, y para algunas mujeres, específicamente aquellas cuya función sexual puede haber sido afectada por la edad o sus condiciones de salud, una vibración más intensa puede ser necesaria para la excitación y el orgasmo».

Otras preguntas que quizás deberías hacerte son si planeas o no usarlo con una pareja —es posible que también quiera opinar sobre la elección del dispositivo—, y si la privacidad es una preocupación para ti. Por ejemplo, si eres una persona tímida y compartes departamento, es posible que prefieras probar el volumen del motor antes de comprar el dispositivo.

Jordan Rullo, la psicóloga en salud clínica y terapeuta sexual que dirige el estudio, le dice a Broadly que el artículo se inspiró en su descubrimiento de lo poco que se ha abordado el tema de los dispositivos sexuales en las investigaciones anteriores. «Esto, junto con el hecho de que muchos de mis pacientes me han preguntado cómo usar correctamente un dispositivo sexual, me dio la motivación para escribir este artículo», dice. «Debido a que muchos de los pacientes puede que vean la vibración genital como un tabú, era importante para mí que este artículo incluyera una revisión de la evidencia detrás del uso de la vibración genital para tratar problemas de salud sexual».

Con la excepción de algunas pautas de uso seguro, como limpiarlo antes y después del uso, evitar insertar analmente y luego vaginalmente y viceversa, y usar lubricante, los autores señalan que «no hay una forma incorrecta de usar un vibrador» y que «se debería alentar a las personas a explorar el uso de los vibradores en todo el cuerpo, no sólo en los genitales; además de que no hay que olvidar que el uso de los vibradores es tanto para hombres como para mujeres».

Además de ofrecer recomendaciones sobre cómo elegir el dispositivo adecuado y cómo usarlo de manera segura, el estudio pone en los proveedores de atención médica la responsabilidad de educar a los pacientes sobre los vibradores. Aunque, reconociendo que muchos de ellos no tienen el tiempo, la experiencia o la confianza suficiente para abordar este tema, Rullo dice que también querían crear un recurso «que simplemente pudiera entregarse a los pacientes con pautas que pudieran seguir fácilmente».

Después de todo, señala Rullo, «el vibrador puede usarse como un dispositivo médico legítimo».

 

 

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