El lema de la campaña de la marca Billie es «Pelo. Todo el mundo lo tiene, incluso las mujeres» para acompañar a un anuncio en el que se ve a mujeres depilándose el vello de verdad.

Interior, día. Un baño. Una joven alterada porque ha quedado con sus amigas para ir a la playa y no ha tenido tiempo de depilarse. Suerte que tiene su cuchilla a mano. La desliza por unas piernas brillantes sin medio rastro de pelo. Y ya está: lista para el verano. Este podría ser el esquema básico de cualquier anuncio de depilación femenina. Al menos, hasta 2018: en el año en que el feminismo ha logrado, por fin, la atención necesaria, han surgido también marcas en distintos ámbitos en las que el empoderamiento de la mujer (en forma de mensaje o de acción) es el punto de partida. Camisetas, cuadernos, agendas y hasta calcetines; vías de concienciación a las que ahora se suman también los productos de depilación femenina gracias a Billie.

Billie nació a finales del año pasado con una imagen tremendamente apetecible, sencilla, directa, femenina y moderna (al estilo de otras que han triunfado en Instagram como Glossier) con la intención de vender cuchillas de afeitar. Simple y llanamente. Algo por lo que, además, llevamos mucho tiempo pagando extra por culpa de la tasa rosa denunciada recientemente por la Vecina Rubia y la periodista de belleza Cristina Mitre.

Venden cuchillas, imanes para aguantarlas en la ducha y cremas para el cuidado de la piel después del rasurado. Todas ellas con un packaging minimalista, bonito y a todo color. Pero esto no es lo mejor: en sus imágenes muestran a mujeres depilándose un pelo que sí tienen. Suena a chiste, pero por desgracia no estamos acostumbrados a ello: «En la industria de la depilación no puedes mostrar vello porque es un tabú enorme. No puedes demostrar cómo funciona tu producto. Es de locos que tengamos que pretender que vivimos en un mundo en el que las mujeres no tienen pelo en absoluto», cuenta a la publicación Racked Georgina Gooley, co-fundadora de Billie. Y qué razón.

En su nueva campaña, Project Body Hair, muestran el vello femenino sin miedos ni tapujos, de la más real de las formas. Y con un mensaje tremendamente irónico dirigido a todos los spots de depilación que elevan a la mujer al Olimpo de los dioses mientras se rasura una pierna que no lo necesita. Una imagen distorsionada e idealizada que se complementa con ese líquido azul que usan como supuesta sangre en los anuncios de compresas. Así, bajo la dirección creativa de la artista Ashley Armitage han lanzado una colección de imágenes de mujeres en ropa interior con pelo en las axilas y hasta en la línea que separa el ombligo del pubis, y un vídeo a ritmo de Tomboy de Princess Nokia en el que, por fin, se habla claro: «Pelo. Todo el mundo lo tiene. Incluso las mujeres. El mundo hace como que no existe. Pero sí, lo hemos comprobado. Así que como quieras, cuando quieras y donde quieras, si es que quieres depilarte, aquí estaremos», dando a la mujer la capacidad de elegir y liberándola de las ataduras de los cánones estéticos de la sociedad.

«Nos merecemos un rasurado maravilloso y no, no vamos a pagar más por ello», sentencian desde su web, donde venden sus cuchillas en distintos tipos de suscripción, adaptándose a las necesidades de su clienta. Lo único que no nos gusta de Billie es que, por ahora, no envían a España; de hecho, trabajan solo en Estados Unidos… pero tiempo al tiempo. Con el tirón (y la rabia) de Internet la compañía consiguió su meta de un año en cuatro meses y medio y, con un comienzo así, el futuro parece claro: no hará más que crecer.