¿De qué hablamos? Pues de un beso entre la guerrera protagonista (Liu Yifei) y su interés romántico, que en este caso no se llama Li Shang, sino Cheng Honghui (Yoson An). “Era muy hermoso, pero los censores chinos nos dijeron: ‘No, no podéis hacer eso, no es apropiado para el pueblo de China. Así que lo quitamos”, señala caro en el Hollywood Reporter.

Según THR, este remake de Mulán es una apuesta arriesgadísima para Disney. Con un guion más cercano a la Balada de Hua Mulan (el poema del siglo XI que popularizó la historia) que al del filme de animación, la película cuenta con 200 millones de dólares de presupuesto y ha fichado a una gran estrella local (Liu) como protagonista. Pero no gana para sustos entre las restricciones a la exhibición de cine provocadas por el coronavirus y el tira y afloja político característico de los estrenos occidentales en China.

Para colmo, Liu Yifei atrajo la polémica sobre el filme durante el pasado verano, cuando publicó (en la red social Weibo) mensajes a favor de la represión policial en Hong Kong. Así pues, la acogida de Mulán tanto dentro como fuera de la superpotencia asiática pende de un hilo.