¿Amigo de tus hijos? En realidad, de que puedes puedes. Aunque no es recomendable en etapas tempranas. La función de formar valores, hábitos, aunque también lo puede tener con un amigo, cuando haya que decidir sobre algo que lo puede poner en riesgo o no anticipa los peligros, te tocará el trabajo sucio de negarte, más vale dejarlo claro desde un principio sobre los límites de la cercanía que quieres lograr.
Saber esto puede facilitarte a no experimentar culpa por no ser amigo(a) de tus hijos. Por lo menos en sus años de formación. Cuando de ti no dependa en ningún sentido, podrás disfrutar de una relación como iguales.
Muchas actividades se esperan que realicen los padres con sus hijos. Además la naturaleza de una relación entre padres e hijos es particular.
Hay que asegurarse de regular su comportamiento, pero también hay que mantener la intimidad y cercanía.
Es una relación que no se termina, por muy lejos que se encuentren.
La importancia de los criterios de una amistad. Una amistad es distinta, la relación es pares. Ninguno tiene subordinación.
Hay complicidad. Por supuesto que el valor de la amistad puede variar de individuo a individuo pero el hecho es que no hay jerarquía, no se da por entendido que uno dirige al otro.