Cuando, en diciembre de 2016, se fundó la Liga MX femenil, decenas de mujeres jóvenes vieron realizado un sueño que acariciaban, en algunos casos, desde niñas: convertirse en futbolistas profesionales. Y esta oportunidad se ha visto abierta también para nuevas generaciones.

Sin embargo, y a pesar de ya poder desempeñarse como profesionistas, las futbolistas mexicanas aún tienen muchas batallas que pelear en términos de equidad de género.Una de estas batallas está siendo enfrentada por la tapatía Alicia Cervantes Herrera, ex abanderada del Club Atlas de Guadalajara. La joven de 23 años decidió no continuar con el equipo después de serle negado un aumento salarial.

“Decidí no seguir por mi economía”, declaró en entrevista. Su contrato, que comprende al periodo desde julio de 2017 a mayo de 2018, considera a la futbolista como una jugadora ‘semi-profesional’, por lo que se le consideraba en formación deportiva y su retribución se contemplaba sólo como un ‘apoyo económico’.

En concepto parece coherente, pero dicho apoyo económico sumaba únicamente $1,500 al mes, a cambio de una total disponibilidad por parte de Alicia para sesiones de entrenamiento, prácticas y partidos, según lo dispusiera el Club Atlas.

“Yo no tenía una casa club, yo no estoy estudiando, tampoco me estaban dando estudios» especifica la jugadora, lo cual estaría en directa contradicción con el tipo de convenio que contemplaba el contrato, «y aparte era muy poco lo que me estaban pagando”.

En el Torneo de Apertura pasado, Alicia Cervantes anotó nueve goles para su equipo, convirtiéndose en la máxima goleadora de su escuadra, pero la distinción no ha resultado suficiente para el gerente del equipo, ante quien la joven presentó su solicitud de aumento.

“Yo no les pedía millones, simplemente les pedía lo justo”, aseguró la futbolista, quien sigue sin poder unirse a otro club debido a que su contrato con el Atlas continúa vigente.

Tristemente, no es la primera vez que la Liga MX llama es cuestionada en sus políticas de género debido a los bajos salarios que reciben las jugadoras, sobre todo si se consideran en comparación a la versión masculina del torneo. Siendo la máxima categoría del futbol en México, se espera que implementen prontamente acciones por disminuir la brecha salarial.

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