A todos nos encantan las carne asada. Un ritual de lo más veraniego que tiene sus propios personajes.

Están los cocinillas que siempre se prestan voluntarios para prepararla y llegan con sus guantes y todos los artilugios necesarios. Los que sirven de apoyo moral a los cocinillas, alabando el olor que les llega (desde la distancia de su hamaca); los ayudantes de cocinillas, cuya misión consiste básicamente en llevar latas de cerveza fría al cocinero (porque no les dejan hacer nada más); y luego están los que enfadan a todo el mundo llegando justo a la hora de comer.

Todos tienen una cosa en común: deberían tomar nota de estos consejos básicos para triunfar a la hora de acercarse a las brasas.

Seguridad

Por supuesto, lo primero a tener en cuenta es la seguridad, tanto de los cocineros como de los invitados. La cosa va de fuego, así que, aunque sea de sentido común, siempre hay que recordar que no en todas partes ni en todas las épocas del año se puede hacer fuego. Tu carne asada con amigos es importante, pero no quemar el monte también.

Tenemos que instalar y fijar nuestra parrilla en un lugar plano, despejado, lejos de telas, objetos inflamables y apartado de la gente, en especial de los niños. Es muy importante no dejar nunca la parrilla desatendida sin vigilancia. No pueden faltar los utensilios necesarios para manipular la carne, como pinzas, tijeras de cocina y guantes especiales. También deberíamos tener en cuenta la dirección del viento para no ahumar a todos nuestros invitados. Y, lo más importante, asegurarnos siempre de que las brasas quedan totalmente apagadas.

El carbón y las brasas

Las carnes son para tomárselas con calma, y tanto si usamos leña como carbón tendremos que tener paciencia y esperar a que se creen las brasas. El carbón es la opción más práctica, sobre todo si no somos expertos. Y como en todas las cosas, si es un carbón de calidad nos facilitará la tarea y durará más.

Podemos encontrar carbón vegetal o mineral. El mineral contamina más, por lo que el vegetal es el que más se utiliza actualmente. Un carbón de buena calidad hará que duré más y se asen mejor los alimentos, incluso el sabor de los mismos será mejor.

Si queremos dárnoslas de expertos, Jamie Oliver -que a pesar de echarle chorizo a la paella sabe mucho de darle el sabor perfecto a la comida-, recomienda añadir al carbón astillas de madera para ahumar los ingredientes, siendo el nogal americano y el roble ideales para pescados y carne de cerdo, mientras que la madera de cerezo o manzano aportan dulzor al resto de carnes.

Oliver también apunta algún truco muy de andar por casa para controlar el calor de la parrilla. Colocamos la mano a unos 12 centímetros encima de la parrilla: el tiempo que podamos mantener la mano (sin gritar) indica si el calor está bajo (6 segundos), medio (4 segundos) o muy alto (2 segundos).

El picoteo, la bebida y el pan

Como decimos, las carnes son lentas, así que tener bebidas frescas y algo de picar es imprescindible. Para que nuestros invitados no se hinchen a patatas fritas y cerveza, podemos optar por otras alternativas como preparar palitos de verduras (crudités) con diferentes tipos de hummus (de remolacha o de zanahoria ) y alguna bebida refrescante como limonada con té o un refresco de sandía. Y, por supuesto, un buen pan no puede faltar en ninguna carne asada, y suele ser lo que siempre olvidamos.

El pescado y los vegetales

No podemos evitar pensar en carne cuando hablamos de carne, pero las opciones son infinitas y el pescado también es una buena idea para echar a la parrilla porque se lleva muy bien con el «ahumado», y el sabor que aporta es espectacular.

Así que pescados enteros como la trucha, que incluso podemos rellenar con limón y eneldo, o lomos de salmón o atún son una gran alternativa.

Las verduras, como siempre, frescas, limpias y de temporada. Una buena parrillada de verdura gusta hasta a los más carnívoros.

La carne

Es muy importante no olvidar que la carne tiene que conservarse en buenas condiciones, sobre todo en verano, cuando las bacterias campan a sus anchas. Así que, aunque es buena idea sacar la carne del frigorífico un poco antes de cocinarla, hasta entonces tiene que estar refrigerada.

La calidad de la carne es fundamental en una carne asada, y si pensamos hacer hamburguesas lo mejor es que las preparemos nosotros mismos. Aquí podéis encontrar unos cuantos trucos para conseguir la hamburguesa perfecta .

¿Nuestro consejo? Piezas de carne humildes pero de calidad y sabrosas -panceta, chistorra, cortes de cerdo- antes que solomillos y chuletones de gama media.

El adobo

Algunas carnes, pescados y vegetales podemos haberlos dejado marinando la noche anterior, y parte de ese adobo podemos guardarlo para pincelar los ingredientes mientras se cocinan y evitar así que el humo anule todo su sabor y los reseque demasiado. A la vez que los humedecemos también estamos caramelizándolos y aportando un sabor diferente.

Los amigos veganos

Todos tenemos amigos veganos y tenemos que quererlos como son. Los pobres siempre acaban comiendo ensalada o algunas verduras porque nadie ha pensado en ellos. Es un detalle pensarlo con antelación y poder prepararles en casa unas hamburguesas vegetales como estas de avena y legumbres. O incluso les podemos sorprender con estas salchichas sin carne.