¡Tenemos la respuesta! Aunque advertimos que sonará muy cientifica, Se dio a conocer que las madres sienten una especie de adicción hacia su hijo debido al cambio hormonal tan brusco que se produce durante los nueve meses de embarazo -superior, en algunos casos a los que una mujer alcanza durante toda su vida fértil-, es el responsable directo de la «locura de amor» que experimentan las madres hacia sus bebés. Aunque no se deben descartar otros factores externos, es el embarazo el que modifica el sistema cerebral del placer y refuerzo en la madre, un sistema básico y primitivo para la conducta maternal en el reino animal, ya que permite que la madre se sienta atraída por los estímulos procedentes de la cría e inicie una serie de conductas dirigidas a promover su supervivencia.
En el epicentro de esta vorágine amorosa, se encuentra el núcleo accumbens, área del cerebro que se encarga de la motivación y el placer y en el que el equipo de Susana Carmona, investigadora del Servicio de Medicina Experimental del Hospital Gregorio Marañón de Madrid y del Ciber de Salud Mental (CiberSAM), con la colaboración de la Universidad Autónoma de Barcelona, ha constatado cambios en su volumen, fundamentalmente disminución, y su relación con la conducta maternal instintiva.
«El boom hormonal que acompaña al embarazo -que afecta sobre todo al sistema mesolímbico-dopaminérgico encargado del placer, la motivación y el refuerzo, produce cambios cerebrales en la madre hasta el punto de que su conducta se organiza, casi en exclusiva, para el desarrollo y supervivencia del bebé», señala la investigadora, que ha publicado estos datos en el ‘Psychoneuroendocrinology’ de febrero.