Nos han dado una serie de pautas que, si consigues poner en práctica, te permitirán mantener un estilo de vida mucho más saludable. Para ello hemos analizado junto a los expertos las excusas más comunes que se ponen cuando nos cuesta cambiar de hábitos y nos han contado cómo evitarlas.

1. «No puedo ponerme a dieta, me genera ansiedad». No es del todo mentira que el suprimir determinados alimentos de nuestra dieta puede generarnos ansiedad porque nuestro cuerpo nota la falta de ciertos nutrientes. La solución pasar por acudir a un experto que nos enseñe cuáles son los pilares básicos de una dieta sana, elabore un menú en el que realicemos entre cinco y seis comidas al día, y nos motive para seguir una vida activa y un plan de ejercicio físico. Con ello, bajarás de peso de forma paulatina y evitando el temido efecto rebote.

2. «No tengo tiempo para cocinar ni hacer deporte». En un mundo como el nuestro, en el que el tiempo es un obstáculo, esta es una de las excusas más extendidas. Nuestro ritmo de vida y las obligaciones laborales y familiares se comen la mayor parte de nuestro día, pero reflexiona un momento: ¿cuánto tiempo pasas navegando en Internet o viendo la televisión? Esas horas son las que necesitas para elaborar un menú diario (o semanal) equilibrado, mientras que sustituir el coche o el transporte público por ir andando a los sitios será la opción ideal para llevar una vida activa. Además, los fines de semana, ¿por qué no te apuntas con alguna amiga a alguna actividad física?

3. «¡Odio cocinar!». Lo entendemos, en la redacción también somos alérgicas a la cocina más de una, pero no es excusa. Sin complicarnos mucho podemos elaborar platos a base de frutas, vegetales frescos o proteínas, como ensaladas o alimentos cocinados al vapor o a la plancha.

4. «Es desesperante bajar de peso tan despacio…». Como decíamos antes, el tan temido efecto rebote se produce al perder peso de forma rápida, y para evitarlo lo mejor es seguir una dieta que nos ayude a perder peso de forma lenta y saludable. Esta ralentización se produce porque, aunque durante primeras semanas se reducen las reservas de hidratos de carbono (glucógeno) de nuestro organismo, como este se encuentra asociado al agua, se elimina de forma rápida; luego, la grasa es la siguiente, y esta pesa menos pero se elimina de forma más efectiva. Aunque esto te suceda, ¡no desistas de tu objetivo!

5. «No creo que vaya a ser capaz de conseguir bajar de peso». La falta de confianza en nosotros mismos es crucial a la hora de enfrentarnos a cualquier desafío, por lo que el cambiar de hábitos de vida se nos puede convertir en un camino cuesta arriba que nos da miedo comenzar a andar. Las experiencias fallidas son la mejor excusa, por eso hay que afrontar esta senda con ayuda de profesionales que nos planteen unos objetivos y expectativas realistas que nos sean fáciles de conseguir.

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