Habitaciones aisladas, sin lactancia materna y vigilancia continuada (preferiblemente en una incubadora). Esas son las líneas principales que la Sociedad Española de Neonatología ha marcado a los profesionales sanitarios para el correcto manejo del recién nacido en relación con la infección por coronavirus. Tanto si el bebé está infectado como si lo está la madre, la sociedad pide medidas concretas para su ingreso y alimentación.
En un documento que se ha repartido entre los profesionales, la sociedad diferencia a los posibles positivos por SARS-CoV-2, los que están en investigación (bien porque la madre ha sido un caso de coronavirus o por un contacto estrecho con un caso confirmado), los que están confirmados por laboratorio y aquellos “probables”. Es decir, cuyos resultados de laboratorio para el coronavirus no son concluyentes o solo son positivos para una de las PCRs del criterio de laboratorio.
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En lo que respecta a las recomendaciones para el manejo de positivos, si el bebé no tiene síntomas se le debe de ingresar por separado del contacto infeccioso en una habitación individual con medidas de aislamiento de contacto y por gotas (puede ser útil el uso de incubadora). En todo momento, el neonato deberá tener monitorizada las constantes y tomar muestras virológicas. Se le deben de realizar estudios de imagen especialmente radiografía y ecografía de tórax, así como limitar las visitas a excepción del cuidador principal sano, que utilizará Equipo de Protección Individual (EPI) para el acceso a la habitación.