Desde el embarazo, nuestro cuerpo pasa por una serie de cambios monumentales. Es un proceso gradual que se va dando a la par del crecimiento de nuestro bebé dentro del vientre, un camino que puede estar lleno de algunas molestias, pero que sin duda también es un viaje mágico que culmina con la llegada de un nuevo ser al mundo.

Nuestro cuerpo pasa por una maravillosa y en ocasiones difícil transformación, y justamente por ello, una madre nos recuerda que debemos amarlo y valorarlo.

Courtney es una madre de 28 años que en su cuenta de Instagram @aforeverlylove comparte pequeños momentos de su día a día. Recientemente se convirtió en madre por segunda vez, por lo que publicó una imagen de su barriga antes y después del parto.

Además de la fotografía comparativa, lo que hizo que la imagen recibiera más de 15.700 me gusta y 300 comentarios en Instagram, fue el mensaje real y amoroso hacia su cuerpo, en el que nos recuerda el gran trabajo que hizo.

Recuperar tu cuerpo después de un bebé toma tiempo y arduo trabajo. No va a suceder de la noche a la mañana, y tampoco definitivamente en una semana. Pero continuaré amamantando y manteniéndome activa hasta que me den el visto bueno para ejercitarme, espero en la consulta de las seis semanas.

Por ahora, solo me recordaré a MÍ MISMA ser amable acerca de mi cuerpo y de todo el trabajo que hizo no solo para tener a nuestra hermosa niña hace dos años, sino también a nuestro grande y sano bebé de 4.195 kilos hace una semana. Lo hiciste bien, cuerpo, lo hiciste bien.

Después del parto es normal que muchas madres se sientan incómodas o «raras» con sus propios cuerpos, pues mientras que en el embarazo el cambio fue gradual, después del nacimiento de los hijos las cosas cambian rápidamente y nos encontramos con muchos cambios en nuestro cuerpo que no imaginábamos.

Recordemos siempre la hermosa labor que nuestro cuerpo hizo al crear y proteger a una nueva vida durante la duración de nuestro embarazo. Aplaudámosle por el bello trabajo que hizo y el invaluable regalo que nos da: nuestros hijos.

Quizás nuestro cuerpo no vuelva a ser parecido al que teníamos antes de tener hijos, pero sin duda, es ahora el cuerpo de la nueva mujer que ahora somos: una mamá.

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