Manchas en la piel que son mínimas, una leve pelusita en determinadas partes de su cuerpo, debilidad en las uñas y zonas de la cabeza exentas de pele. Estas son algunas de las particularidades que puedes observar en tu bebé y que pueden llevarte a preguntarte si es normal.
La cabecita
«Algunos bebés nacen con mucho cabello, lo pierden en los primeros meses de vida y les crece de nuevo más suave y fino», explica la dermatóloga Laura Remorino, aclarando que no es necesario cortárselo: queda a elección de cada mamá. También es posible que se observes una falta de pelo en la zona trasera de su cabeza, cosa que tiene que ver con que el cuero cabelludo roza las sábanas cuando el bebé se mueve en la cama.
En relación al color del pelo, la especialista indica que suele variar: «El cabello rojo no es muy evidente hasta que comienza el ciclo normal de crecimiento, entre los seis y nueve meses de vida. Aun cuando el bebé haya crecido, su color de pelo puede cambiar. En caso de los chicos rubios, la tonalidad subirá alrededor de los 6 años».
Cuestión de piel
Es totalmente normal que el bebé tenga modificaciones. Según la especialista pueden presentarse:
*Descamación fisiológica: un desprendimiento de la piel que se presenta alrededor del segundo día de vida y se completa alrededor de la primera a segunda semana.
*Mancha de Baltz: es una marca de color gris azulado en la espalda que desaparece por lo general hacia el año. También se la llama mancha mongólica porque es muy frecuente en la raza asiática.
*Eritema tóxico neonatal: son manchas rojas con granitos colorados o blancos en su interior. Pueden aparecer en cualquier parte del cuerpo, excepto en las palmas de las manos y las plantas de los pies. Generalmente se presentan a los dos días de vida, pero también pueden hacerlo durante las dos primeras semanas. Desaparecen en días o semanas.
*Acné neonatal: Son lesiones en las mejillas y el dorso de la nariz que están relacionadas con el paso de hormonas de la madre al bebé y que desaparecen sin dejar cicatriz.
*Milium facial o quistes sebáceos: son espinillas amarillentas que se alojan sobre las alas de la nariz del recién nacido. Desaparecen espontáneamente al segundo o tercer mes de vida.
*Hemangiomas capilares: los vasos sanguíneos en forma de lunares que generan manchas rojas que se hacen más evidentes con el llanto y el calor y palidecen con el frío. Desaparecen al finalizar el primer año de vida, aunque los de la nuca pueden no desaparecer nunca.
«Las uñas de los bebés suelen ser muy blanditas, por eso no hace falta cortarlas durante los primeros meses. A lo sumo puede ser preciso pelarles la punta esporádicamente», indica la Dra. Remorino.
Además, explica que es totalmente normal que sean planas o tengan forma de cuchara y que, con el tiempo, a los 3 o 4 años, vayan adquiriendo el formato o curva natural. Es probable también que sus dedos se hinchen debido a que la piel que está debajo de las uñas a veces no llega a aplanarse lo suficiente. La especialista aclara que no es necesario hacer ningún tratamiento ya que la uñas seguirán creciendo y la hinchazón desaparecerá sola con el pasar del tiempo.