Seguramente tienes en tu cocina (o hubo en la cocina de tu mamá) palas o cucharas de madera. Los instrumentos de este material tienen diversas ventajas: no se calientan demasiado, no raspan tus sartenes y no se deforman con el calor, además de ser bastante resistentes y no requerir demasiados cuidados.
Sin embargo, al igual que todos nuestros utensilio, requieren tomar ciertas precauciones y medidas para alargar su vida y que nos sirvan por muchos, muchos años.
- Para empezar, procura que no tenga diseños muy elaborados, para que sea más fácil de lavar y que no acumulen restos de alimentos ni humedad. Si tienes palas o cucharas muy ornamentadas, mejor úsalas como decoración.
- Al terminar de utilizar tus palas, lávalas inmediatamente con agua tibia, esto evitará que se manchen de manera permanente. Evita meterlas al lavavajillas, pues el exceso de humedad las deteriora rápidamente.
- Utiliza agua tibia de preferencia, y evita de plano el agua caliente, pues reblandece en exceso y debilita la madera.
- No dejes tus utensilios de madera remojando, recuerda que es un material poroso que tarda en secar.
- No guardes tus utensilios húmedos, pues la oscuridad de los cajones puede favorecer la formación de hongos o bacterias.
- De hecho, más que almacenarlas, puedes colgarlas o colocarlas dentro de un bote, pues permanecer en un lugar abierto ayudará a que sequen más rápido. Sólo no las dejes directamente en la luz del sol.
Estos utensilios son económicos y duraderos, además de darle un toque tradicional a tu cocina. Las abuelitas los usaban y les duraban años y años, ¡ahora sabes cómo conservarlos!